Fue una noticia amarga para Catamarca. El gobierno de Chile anunció el lunes pasado su decisión de poner en marcha el megaproyecto del Corredor Bioceánico Vial, que unirá los puertos del norte trasandino con los del sur de Brasil a través de los pasos fronterizos de Salta y Jujuy. Es decir, el Paso San Francisco no formará parte de esta ruta comercial. Largos años de actividades bilaterales, proyectos y enormes gastos quedaron en la frustración.
La iniciativa fue presentada en el Palacio de la Moneda por el presidente chileno Gabriel Boric con visible entusiasmo. “Es una buena noticia, porque se trata de una integración real y concreta”, afirmó. El objetivo es unir los puertos del Atlántico y del Pacífico para facilitar el intercambio comercial a través de una ruta de 2.400 kilómetros, con la que se espera reducir hasta 10 días el transporte en comparación con el Canal de Panamá entre regiones mediterráneas de Brasil y Paraguay y países de Asia como China, Corea del Sur o Japón.
El trayecto unirá los puertos del sur de Brasil, atravesará Mato Grosso do Sul, el Chaco paraguayo, para pasar luego por el noroeste argentino a través de Salta y Jujuy, y finalmente conectar con los puertos de Antofagasta, Mejillones e Iquique, en el norte de Chile.
“Vamos a mejorar la infraestructura pública del corredor, facilitar el tránsito y construir un sitio de inspección en las cercanías del Paso Jama”, anunció Boric, quien también adelantó mejoras portuarias en Antofagasta, Tocopilla e Iquique para aumentar la competitividad logística del norte chileno.
Los gobernadores regionales de Antofagasta y Tarapacá, Ricardo Díaz y José Miguel Carvajal, coincidieron en que el proyecto diversificará la matriz económica del norte chileno y convertirá a la zona en un "hub logístico de alcance continental". Además, recalcaron el potencial de nuevas industrias vinculadas a alimentos, energía y servicios.
El plan contempla cinco ejes estratégicos: seguridad nacional, infraestructura habilitante, logística portuaria, articulación entre países y fronteras y oportunidades de negocio e inversión. Aunque no dio detalles de la inversión estimada, Boric indicó que el plan considera el desarrollo de 22 proyectos de infraestructura en Chile para mejorar carreteras y acondicionar los puertos.
La región de Atacama, que conecta directamente con el Oeste de Catamarca a través del Paso San Francisco, no está incluida en el plan de Chile. Tampoco la región de Coquimbo, que se comunica con San Juan y en donde había grandes expectativas por la obra binacional del túnel Agua Negra.
Apertura y acciones
El Paso San Francisco se inauguró oficialmente el 29 de abril de 1999, durante el gobierno de Arnoldo Castillo (Frente Cívico y Social), quien había asignado una clara prioridad al proyecto. Tanto que sus funcionarios hicieron coincidir el evento con el día de su cumpleaños. "Este corte de cintas es su mejor regalo", decían. Al acto asistió el entonces presidente de la Nación, Fernando de la Rúa.
A partir de allí se empezaron a organizar más encuentros bilaterales con autoridades chilenas de Atacama con el fin de avanzar en el proceso de integración y, además, presionar para que el gobierno trasandino avance con el asfaltado de la ruta 31 CH, ya que hasta ese momento los 280 kilómetros que van desde el límite internacional hasta Copiapó eran de ripio.
Por eso, la pavimentación de la ruta nacional 60 hasta el complejo fronterizo Las Grutas representó un hito en el marco del acuerdo suscripto en 1996 para la conformación de la macrorregión ATACALAR, conformada por Atacama, Catamarca y La Rioja, con el fin de satisfacer las demandas regionales, alejadas de los intereses y decisiones de los gobiernos centrales de cada país. En el caso de Argentina, el centralismo geográfico se reflejó desde siempre en su orientación a la costa atlántica.
Si bien la región ATACALAR comprende una superficie de 267.408 Km2, alrededor del 8% de la superficie continental de la suma de ambos países, solo representa el 1,7% de su población. Desde el punto de vista socioeconómico, el promedio de población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) es superior en estas jurisdicciones que en el promedio de sus respectivos países. Datos que hablan de la necesidad de equilibrar la balanza respecto al desarrollo, pero también de la lucha desigual en términos políticos.
Años después se sumaron al acuerdo binacional las provincias de Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero y Santa Fe. Sin embargo, la suma de voluntades fue más bien simbólica, porque en los hechos no se tradujo en mayor peso específico frente a las decisiones centrales.
En 2003, el gobierno de Eduardo Brizuela del Moral creó la Secretaría de Integración Regional, desde la cual se realizaron numerosas reuniones de intercambio en Copiapó y Catamarca. Aunque la mayor parte de ellas fueron meramente protocolares, la intención era mantener vivo el vínculo entre las partes.
Después vinieron las Olimpiadas de Matemáticas con alumnos de la región y los Juegos ATACALAR en distintas disciplinas deportivas. Ambas actividades quedaron firmes en la agenda de los estados miembros del acuerdo.
Proyecto ambicioso
Con la gestión de Lucía Corpacci, desde 2011, la agenda conjunta no se detuvo. “El Paso de San Francisco fue una decisión del gobierno anterior, pero tenemos que acompañar y defenderlo porque es una posibilidad para el desarrollo”, dijo la mandataria en un acto político a poco de asumir.
Ya en su segundo mandato, Corpacci participó de la Expo Productiva ATACALAR Sercotec 2016 en Copiapó, junto a otros gobernadores y los exembajadores argentino y chileno José Octavio Bordón y José Antonio Viera Gallo. Y allí aludió al proyecto quizás más ambicioso, el del corredor ferroviario, por entonces expresado en términos generales.
"Queremos darle vida al proyecto del corredor ferroviario, minero y alimentario, una gran apuesta de largo plazo que brinda posibilidades de negocios, de minería y de salida de granos para las provincias argentinas”, manifestó Corpacci en esa ocasión.
El vínculo con Atacama continuó en los años siguientes. Tras la asunción de Raúl Jalil en el gobierno catamarqueño, el encargado de continuar la agenda fue el vicegobernador Rubén Dusso. Uno de los años más cargados de actividades fue 2024. Las autoridades chilenas visitaron Fiambalá y la capital de Catamarca, mientras que Dusso recorrió los puertos de Chañaral y Caldera e insistió con las etapas pendientes para la integración plena.
Según indicó, "el primer paso es facilitar la entrada y salida todos los días” a través del Paso San Francisco. “El segundo paso que se va a materializar a corto plazo es el puerto y el tercero el ferrocarril”, dijo entusiasmado. Pero lo primero, reiteró, “es que el Paso funcione para que el país lo visibilice, porque si no cuando el de Mendoza amontona 6.000 o 7.000 camiones, no está la opción de San Francisco porque de este lado chileno no está todos los días”.
El proyecto del Corredor Bioceánico Ferroviario había sido presentado y firmado en 2018 en un memorándum de entendimiento entre los miembros de la región ATACALAR y autoridades de China, país invitado como posible inversor.
Entre sus “virtudes”, este corredor permitiría ahorrar 15 días de navegación en los viajes hacia el Oriente y cargar hasta 400 mil toneladas en los puertos de aguas profundas de Chile -contra las 50 mil toneladas que permiten los puertos de Rosario y Buenos Aires-.
La última visita de Dusso a Chile fue en enero pasado, cuando acompañó a Miguel Vargas Correa en el acto de asunción de su segundo mandato como gobernador de Atacama. “El vicegobernador demuestra con hechos el amor y la integración que hay entre ambos países. Es nuestro anhelo que la producción de litio de Catamarca y del noroeste argentino pueda salir por nuestros puertos”, dijo Vargas en retribución a la gentileza.
Baño de realidad
Lo cierto es que, discursos al margen, las acciones de uno y otro lado de la cordillera fueron muy dispares a lo largo de estos 26 años desde que se habilitó el tránsito por el Paso San Francisco.
- Pavimentación: el asfaltado de la ruta 60 hasta el límite internacional se hizo de una vez en 1999. Por el lado chileno, aún restar pavimentar 60 kilómetros en el tramo entre el complejo aduanero Maricunga y Copiapó. El último compromiso trasandino de que la obra iba a completarse fue hace 3 años. De todos modos, el camino es perfectamente transitable.
- Apertura: por expresa disposición de las autoridades chilenas, el Paso San Francisco solo está habilitado 2 días a la semana: martes y viernes de 9 a 19. El último vehículo en ingresar al puesto de control migratorio debe hacerlo hasta las 17.30. Alegan que la restricción responde a los trabajos de acondicionamiento edilicio del puesto migratorio de Maricunga. Del lado argentino, se cree que su par chileno maneja las aperturas del Paso San Francisco en función del estado de saturación de los demás cruces cordilleranos. Es decir, lo considera solo como regulador del tránsito general y no como una vía constante.
- Servicios: el gobierno catamarqueño construyó una hostería en Cortaderas, instaló refugios sobre la ruta, con telefonía e internet para emergencias. En el puesto de Vialidad Nacional de Las Grutas disponen de combustible en caso de necesidad. Y en el complejo de control hay oxígeno para los viajeros afectados por la puna. En cambio, del lado chileno no hay nada de eso.
En suma, los mayores esfuerzos para la puesta en marcha del corredor bioceánico a través del Paso San Francisco estuvieron del lado de Argentina, y en particular del Gobierno de Catamarca. Si bien las autoridades de la región de Atacama tuvieron un rol muy activo y acompañaron las actividades bilaterales, ahora quedó claro que las decisiones de fondo no dependen de los gobiernos regionales sino de los centrales. El anuncio del presidente Boric así lo confirma.
¿Cuántos recursos invirtió Catamarca en el Paso San Francisco, cuántas horas de trabajo, cuántos viajes oficiales rentados, cuántos intercambios educativos y deportivos?
Por lo pronto, hasta que el megaproyecto chileno se ponga en marcha, el Gobierno provincial tiene mucho por hacer para defender su inversión.