Opinión

Exilio en La Rioja: el capítulo oscuro de la novela de Bacchiani

La Justicia Federal de Catamarca, por pedido de querellantes, solicitó al juez riojano detalles de su investigación, a modo de colaboración. Está prácticamente comprobado que Bacchiani tuvo celulares en su poder y accedió a sus cuentas en aquella estadía terapéutica.
Por Marcelo Sosa

A fines de 2022, primer año de su detención, el estafador Edgar Bacchiani fue trasladado a La Rioja por pedido del juez que tiene la causa de los clientes embaucados en esa provincia por la exfinanciera Adhemar Capital. Estuvo allí más de un mes, la mayor parte del tiempo internado en una clínica de salud mental, donde luego se comprobó que hizo gran cantidad de operaciones en sus cuentas, pese a que continuaba en calidad de detenido. ¿Fue realmente un descuido de la Justicia riojana? Dudas y certezas sobre un bache profundo en la investigación de la megaestafa.

El episodio comenzó el 27 de octubre de 2022, tras un exhorto remitido al Juzgado Federal de Catamarca, a cargo de Miguel Ángel Contreras, por el juez Criminal y Correccional N°2 de La Rioja, Héctor Barría, con el fin de indagarlo por las estafas cometidas en esa provincia. La Rioja y Córdoba son las jurisdicciones que mantuvieron su competencia en la causa, mientras que Tucumán decidió dejar el asunto en manos del juez Contreras.

Los detalles de la audiencia de Bacchiani ante la Justicia riojana son un verdadero misterio; de hecho, no hubo crónicas de esa instancia. Lo cierto es que unos días después de haber quedado alojado en la Alcaidía, el financista fue internado en la Clínica de Salud Mental “Juan Ramírez de Velazco” por un supuesto severo “cuadro de angustia y estrés”.

Héctor Barría, juez penal de La Rioja. Tiene a cargo las estafas de Bacchiani en esa provincia.

El diagnóstico que dio el médico psiquiatra que lo asistió, Gustavo Sáenz, fue el siguiente: “Durante la internación del Sr. Bacchiani se estudió y abordó su cuadro clínico de crisis de ansiedad, angustia, trastorno de adaptación de factores de estrés. Síntomas físicos, comorbilidades y algia cervical que cede con analgésicos”. Es decir, nada extraño para alguien privado de la libertad, y más aún si está asediado por abogados y miles de clientes engañados.

Celulares y operaciones

Bacchiani estuvo en esa clínica entre el 2 y el 25 de noviembre de 2022. En el interín sucedieron algunos hechos dignos de investigación:

  • Un informe pericial de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) indicó que entre el 3 y el 15 de noviembre de ese año se produjo una “actividad continua” en la cuenta de Bacchiani en la plataforma Binance mediante el dispositivo Iphone 13.4, con el cual se realizaron “1.389 acciones”, entre ellas “órdenes de futuro, solicitudes de retiro y comprobaciones de seguridad”. “Todo ello durante el periodo en que Edgar Bacchiani se encontraba internado en la provincia de La Rioja”, apunta.
  • Otro informe de GNA suma capturas de pantalla de chats entre Bacchiani y su entonces abogado Lucas Retamozo, en las cuales el primero le dice: “Con la persona que estoy ahora me dice que le va a preguntar a los jefes si se puede lo del celu. Mañana cuando quede solo en la habitación lo podré usar. Estoy en el baño”.
  • Además, hay capturas de conversaciones a través de Whatsapp entre Retamozo y Sofía Piña, expareja de Bacchiani, en las que el primero le reclama porque Bacchiani “tiene el teléfono y no hace un c…” y le pide que interceda para que “transfiera”. Ella, a su vez, responde: “Ya cumplí en arriesgarme a todo”; “…si ustedes me preguntan yo hubiera preferido no llevar eso”.
  • En una denuncia ante la Justicia Federal, el abogado Carlos Correa -quien había sido acusado por Bacchiani de quedarse con inmuebles suyos- aseguró que durante el periodo de internación, recibió varios llamados del “celular 3804313507, que no atendí por no tener el teléfono conmigo en ese momento, para luego identificarse con el mensaje de wsp ‘Carlos, soy Edgar. Estoy en La Rioja. Atendeme’, para luego proceder a borrar los mensajes, quedando los registros en mi teléfono móvil”.
  • El abogado Diego Figueroa, uno de los querellantes, incorporó todo ese material en una presentación y llegó a las siguientes conclusiones: “a) Resulta incuestionable que Bacchiani tuvo acceso a celulares mientras estuvo en La Rioja, lo cual fue coordinado por Piña y Retamozo: b) Que dichos aparatos celulares fueron proporcionados por Retamozo y Piña, siendo esta última la que lo entregó materialmente; c) Retamozo y Sofia Piña tenían conocimiento de que Bacchiani estaba realizando movimientos en sus cuentas y estaban a la expectativa de las transferencias de criptomonedas o dinero en efectivo; d) Que Retamozo y Piña en todo momento operaron como asesores legales y cómplices de Bacchiani”.
Lucas Retamozo y Sofía Piña. En la causa están sus conversaciones cuando Bacchiani estuvo en La Rioja.

A fines de febrero último, Bruno Jerez, otro querellante en la causa catamarqueña, pidió al juez Contreras ampliar las medidas probatorias. Entre ellas, que se oficie a la Justicia riojana para que envíe, a modo de colaboración, las actuaciones que se llevaron a cabo a la fecha en la investigación de Bacchiani y demás imputados en esa jurisdicción.

También solicitó que se envíen oficios al ENACOM y a las compañías telefónicas para que informen si los teléfonos celulares 3834281421 y 3834628680 tuvieron registro o impacto de uso y geolocalización en las antenas telefónicas de La Rioja durante el periodo de tiempo octubre/diciembre de 2022”.

Y finalmente pidió hacer lo propio con la clínica neuropsiquiátrica donde estuvo alojado para que remitan informe sobre: “1) el registro de las visitas que tuvo Bacchiani durante su estadía; 2) informe de la nómina de empleados y sus datos personales que mantuvieron atención y/o contacto con Bacchiani durante su estadía. 3) estado de cuentas respecto a si adeuda dinero. 4) historial clínico diagnóstico y pronóstico”.

En enero de 2023, la clínica Velazco había informado que Bacchiani adeudaba $674.000 por su internación. Retamozo solo había pagado un adelanto de $150.000. El saldo seguiría pendiente.

Tanto Retamozo como Piña están procesados en la causa por haber tenido participación en los delitos de “intermediación financiera sin autorización agravada, lavado de activos, defraudación y asociación ilícita”. Ambos se encuentran en libertad.

Más medidas

El 6 de marzo pasado, el juez Contreras hizo lugar al pedido de Jerez y dispuso oficiar al Juzgado en lo Criminal y Correccional de La Rioja para que, “a título de valiosa colaboración, remita copias de las actuaciones labradas hasta la fecha en el marco de la investigación que se lleva contra Edgar Adhemar Bacchiani y demás imputados en dicha causa, si es que el estado de aquel proceso lo permite”.

También aceptó insistir con GNA para que informe si las líneas de teléfonos celulares 3834281421 y 3834628680 durante los meses de octubre a diciembre de 2022 tuvieron impacto de uso/geolocalización en la provincia de la Rioja, informando fechas, horarios, titularidad y cualquier otro dato de interés”. Y lo mismo respecto a la Clínica de Salud Mental “Juan Ramírez de Velazco” sita en Av. Ramírez de Velazco 698, a la volvió a pedir que informe sobre las personas que visitaron a Bacchiani entre el 2 y el 25 de noviembre, los empleados que lo atendieron y sobre la deuda de la internación; además del “historial clínico y el diagnóstico arribado sobre el paciente Bacchiani”.

La clinica de salud mental donde Bacchiani estuvo 21 días internado por "angustia y estrés".

En cuanto a Piña, el juez federal amplió el oficio al Banco Saenz, cuya sede está en CABA, para que informe sobre las operaciones financieras que hizo Piña cuando fue clienta. Y envió otro al Concejo Deliberante capitalino, con el fin de que informe si Piña sigue trabajando allí y si se cumplió con el embargo del sueldo dispuesto por la Justicia.

Aquel año, Bacchiani regresó al Penal de Capayán el 12 de diciembre. En total estuvo 41 días en La Rioja, 24 internado en la clínica Velazco y 17 más en la Alcaidía. Se desconoce qué controles dispuso el juez Barría para que no tuviera contactos no autorizados, ni dispositivos en su poder para operar cuentas digitales. Tampoco se conoce cómo fue su indagatoria.

Hay algunos datos inquietantes de aquella extraña estadía. Como por ejemplo una captura de pantalla de una comunicación que tuvo Bacchiani con una alta autoridad política del gobierno riojano, que supuestamente habría presionado para que pague deudas a “clientes pesados” de esa provincia.

Tal vez nada de eso surja de la investigación. Por lo pronto, Bacchiani sigue en Córdoba, con una condena a cuestas de 9 años y a la espera de una más por las estafas a otro grupo de inversores. El capítulo riojano, por lo visto hasta aquí, tiene un final impredecible.