El golpe tipo comando perpetrado contra un exgerente de RT Inversiones, la financiera del clan Bulacio, tiene hasta ahora pocas certezas y demasiadas sospechas. Hay cuatro detenidos, pero en el asalto participaron cinco. Todos llegaron juntos en un vehículo, pero solo uno logró escapar. En las actuaciones policiales y judiciales el quinto figura como “el sujeto no individualizado”. Era el que daba las órdenes y tenía claro cómo ingresar a la casa. Las víctimas no lo identificaron, sus cómplices tampoco y la Policía guarda silencio. Un caso tenebroso que vuelve a poner en duda la gestión de la ministra de Seguridad, Fabiola Segura.
El hecho ocurrió entre las 4.30 y las 5.30 del miércoles 4 de septiembre pasado, en la casa de la familia Rolón Reynoso, en Bolivia al 1.800, Parque América, al norte de la Capital. Según el informe policial, cinco hombres llegaron hasta ahí en una Toyota Hilux, de color rojo. Con un control remoto inteligente abrieron el portón automático y luego bajaron las llaves térmicas de la energía, para ingresar a la casa a oscuras. Sin dudas, habían analizado el atraco con anticipación.
Llevaban una pistola réplica de Bersa de aire comprimido, cinta adhesiva ancha para amordazar a las víctimas y precintos de seguridad para maniatarlas. Cuatro de ellos cubrieron parcialmente sus rostros con capuchas, mientras que el “no identificado” usó un barbijo. Así se dirigieron a las habitaciones de Matías Rolón Reynoso y su madre Valeria Villegas. A él lo redujeron a golpes en la cabeza y la espalda, le ataron manos y pies con precintos, le taparon la boca con la cinta y lo arrastraron hasta la cocina.
Allí Arroyo le puso la pistola en la cara y le dijo que lo mataría; le preguntaba dónde estaba su hermano Alejandro. Luego Pacheco y el “sujeto no individualizado” se abalanzaron sobre Matías y lo golpearon en la cabeza hasta hacerlo caer. Luego tomaron dos cuchillos de la cocina, Pacheco le puso sobre la garganta y “el sujeto” hizo lo mismo con otro en las costillas; el primero le hizo un corte en la muñeca derecha y le decía: “Te voy a matar, no me importa nada, yo solo vengo a hacer mi trabajo”. Después lo sentaron en una silla, mientras que Villegas estaba inmovilizada a varios metros.
La prueba de que el quinto asaltante era el jefe de la banda está en un tramo del relato que leyó el fiscal Hugo Costilla en la audiencia de control de detención. “El sujeto no individualizado daba todas las órdenes de qué hacer”, incluyendo “que busquen en toda la casa dinero en efectivo, por lo que todos empezaron a hacer eso”. Después aparecieron los celulares: en total, 9 equipos IPhone de distintos modelos. Y 1.500 dólares en billetes de 100. Según el acta, “el sujeto” extraño separó 500 y los guardó en su bolsillo.
Al cabo de 40 minutos, llegó a la casa en su vehículo Gustavo Alejandro Rolón Reynoso. Abrió el portón y estacionó. Ya lo estaban esperando los asaltantes. Le dieron golpes de puño en la cara y culatazos con la pistola en la cabeza. Cayó al piso y empezó a gritar “policía, policía”.
A esa altura era tanto el bullicio que los asaltantes decidieron emprender la huida. Cuatro de ellos subieron a la camioneta y el quinto arrancó el equipo DVR de las cámaras de seguridad y se fue a pie. Los primeros recorrieron algunas cuadras y fueron interceptados por la Policía. Del “jefe”, en cambio, no hubo novedades hasta la fecha.
Datos comprometedores
La Toyota Hilux roja, dominio AA 482 SM, figura en Rentas a nombre de “Servicios del Norte SRL”, la empresa cuyo titular es Camilo Carrizo. El contrato social de la firma tiene fecha 26-10-2020. En el portal de compras públicas del Estado provincial, Servicios del Norte figura como proveedor desde el 15-03-2021.
El socio de Carrizo en la firma es Alejandro Lindon, designado como supervisor Índice 0,80 en el Ministerio de Gobierno y Justicia de la Provincia. En su perfil en las redes sociales Lindon aparece con una foto junto al intendente de Saujil, Enzo Carrizo, hermano de Camilo y primo de la ministra de Seguridad, Segura.
Ante el juez de Control de Garantías N° 1, Héctor Maidana, Carrizo se presentó como “ingeniero electrónico” y propietario de una empresa constructora. Explicó que se dedica a hacer “obras eléctricas”. Según el diputado opositor Hugo Ávila, Carrizo es además empleado de la EC Sapem.
Nieva, por su parte, también tiene vínculos con Pomán y Saujil. Según sus redes, vive en Siján y antes estudió en el IES Saujil. Dos días antes de asaltar a los Rolón Reynoso, Nieva posteó información oficial del municipio de Saujil sobre el aumento salarial a los empleados. Tiene casi 5.000 amigos en Facebook. Uno de ellos es el intendente Carrizo.
Arroyo vende autos y motos y es el único de los cuatro con una foja cargada de antecedentes. De hecho, estuvo preso hasta el año pasado. Ante el juez, recordó que fue en el Penal donde conoció a Rolón Reynoso. “Ellos me deben mucha plata”, aseguró.
De Pacheco podría decirse que es un advenedizo en el mundillo criminal de Catamarca, ya que es oriundo de Mendoza y hace menos de 4 meses que llegó a la provincia. Hace trabajos de plomería.
Mañana lunes, el juez Maidana resolverá si los cuatro delincuentes siguen en prisión preventiva a la espera del juicio. Están imputados por robo doblemente agravado por el uso de armas y por ser en poblado y en banda.
Pero la verdadera intriga es “el sujeto no individualizado”. No solo era el que daba las órdenes a los cuatro, sino que planeó su escape a la perfección. Llegó con ellos en la camioneta, tenía en su poder el control remoto inteligente y la pistola; conocía dónde estaban las llaves térmicas de la casa para cortar la energía. Sabía cómo maniatar a las víctimas y hasta dónde torturar a los hermanos Rolón Reynoso. Usó barbijo y se movió con sigilo, tanto que las víctimas no lograron identificarlo. Y lo mejor: a la hora del escape, mandó a los cuatro en la camioneta y él huyó a pie con 500 dólares en el bolsillo. ¿Suponía que los demás podían ser interceptados por la Policía?
No obstante, hay más aspectos sugestivos. En primer lugar, los cuatro detenidos no delataron al “jefe”. Es de creer que el fiscal Costilla trabajará sobre eso. Pero además, la Policía tampoco lo buscó mucho aquella madrugada y en los días posteriores. Resta saber si quedaron imágenes grabadas de las cámaras de seguridad de la familia Rolón Reynoso. O tal vez las cámaras del SAE 911 puedan dar una grata sorpresa, salvo que la zona no esté vigilada.
El móvil
De lo que no hay dudas es sobre el móvil del asalto. Matías Rolón Reynoso fue gerente, junto con Ariel Vergara, de la desaparecida financiera RT Inversiones, propiedad de Edgardo Bulacio padre e hijo. Todos están procesados por “intermediación financiera no autorizada agravada por el uso de publicidad” y “estafa”. Los Bulacio, además, sumaron “lavado de activos”.
Como ocurrió con Edgar Bacchiani y Adhemar Capital SRL, la Justicia Federal (interviene el juez santiagueño Sebastián Argibay) apuró el proceso de quiebra para que los acreedores pudieran recuperar algo de sus inversiones. La diferencia entre ambos casos es que mientras Adhemar Capital redondeó una quiebra de $1.400 millones, la empresa de los Bulacio superó los $6.000 millones.
Obviamente, los montos de las deudas totales son varias veces mayores, porque son más los clientes que no reclamaron en la Justicia y los que ingresaron a la trampa piramidal a través de “poceros” y, por lo tanto, carecían de documentación.
Sin embargo, el dato es que al margen de las deudas históricas de ambas financieras y de sus dueños estafadores, hay elementos suficientes para suponer que los exgerentes siguen haciendo de las suyas mientras cumplen la prisión domiciliaria.
En el caso de Rolón Reynoso, los asaltantes hallaron nueve celulares Iphone de alta gama y en buen estado. ¿Para qué necesita alguien tantos teléfonos de esas características? La sospecha es que el movimiento de dinero en plataformas cripto o billeteras frías sigue activo. Los interrogantes que surgen a partir de esto es materia de investigación federal.
Ministerio de la inseguridad
Horas después del asalto en Parque América, la oposición legislativa arremetió contra el Gobierno provincial y en particular contra la ministra Segura, a la que responsabilizaron por el hecho y pusieron en duda su actuación por el parentesco con uno de los detenidos.
El diputado Ávila pidió el tratamiento sobre tablas de un pedido de interpelación de la funcionaria. El oficialismo, como es costumbre, lo rechazó sin mayores argumentos. Hace dos semanas, el legislador insistió con el tema en el recinto, y otra vez fue rechazado por mayoría simple. También los diputados radicales y libertarios fueron severos con el papel de Segura en el caso.
Pero la ministra de Seguridad parece estar blindada en el Gabinete provincial. Y no por sus logros en la gestión, sino por estrictas razones políticas.
En rigor, Segura no se puso al frente de la investigación policial del asalto a la familia Rolón Reynoso en su rol de máxima responsable de la fuerza. Debería preocuparle que un peligroso delincuente anda suelto, nada menos que el líder de una banda de asaltantes.
O tal vez lo suyo no sean estos casos aterradores para la seguridad de las personas, sino los actos amables junto a la plana mayor del Gobierno y las entregas de uniformes a la Policía. Siempre, claro, con una sonrisa para la foto.