“Este vino vamos a insertar en el mercado asiático”, afirmaba orgullosa la exintendenta Roxana Paulón, de Fiambalá (Tinogasta), en la presentación del vino “La Indómita” de la bodega municipal del mismo nombre, el 30 de marzo de 2023. A menos de un año, no solo quedó en palabras el anuncio de producir más de 1 millón de litros de vino y exportar a China, sino que hace meses no se encuentra una sola botella en las góndolas locales. Otra muestra del fracaso de una gestión.
La mostera y bodega “La Indómita” se pusieron en marcha en febrero de 2021 en Medanitos, a 20 kilómetros de Fiambalá, con una capacidad de almacenamiento de 125.000 litros. En marzo de 2022, la planta se amplió con la incorporación de cuatro tanques de acero inoxidable de 50.000 litros cada uno; otros cuatro de 75.000 litros; dos más de 100.000 litros y ocho tanques de fibra de vidrio de 25.000 litros. Con esto la capacidad de almacenamiento aumentó a 1.100.000 litros.
Tal ampliación se logró merced a un aporte financiero de $70 millones de parte de la minera Liex -por esos días Zijin Mining ingresaba al proyecto como accionista principal-, que se encargó de comprar los tanques y trasladarlos a Medanitos. Por allí se explica que el primer destino exterior de la producción anunciado por Paulón haya sido China, donde se encuentra la casa matriz de la compañía litífera. Un gesto obligado con los mecenas.
Junto con la bodega municipal, en el parque industrial de Tinogasta se inauguró la nueva planta de elaboración de mosto sulfitado de la firma “Jugos del Mundo”, del empresario y enólogo Juan Longo, con una inversión de $90 millones, la mayor parte a cargo de la estatal AICAT. La capacidad de almacenamiento de la planta se incrementó a 5,5 millones de litros.
En el mismo acto oficial, el gobernador Raúl Jalil anunció la creación de un Fondo Rotatorio de $250 millones para comprar la uva a los productores de la zona y así sostener la producción vitivinícola tinogasteña en el marco de un plan de reconversión varietal.
El objetivo era que la producción de uva, por entonces en 15 millones de kilos anuales -de los cuales 9 millones se destinaban a mosto-, vuelva a su nivel histórico de 65/70 millones anuales.
Como complemento de eso, el Gobierno dispuso triplicar el precio de la uva (485% más), para que los productores perciban el mismo valor que sus pares de San Juan y Mendoza. Por el lado del Ministerio de Industria se anunció además que el Parque Industrial Tinogasta había sido incluido en el Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales y que por eso recibiría $60 millones no reintegrables para ejecutar las obras de emplazamiento. Y que también se habían iniciado las gestiones para radicar la industria de elaboración de paneles fotovoltaicos, lo que permitiría producir energía limpia para el sector.
La del 23 febrero de 2021, sin dudas, una jornada de fiesta con ribetes de hito: cortes de cintas y anuncios prometedores para el departamento. Participaron autoridades provinciales y municipales de Tinogasta y Fiambalá. La cobertura oficial del acto incluyó imágenes tomadas por drones que sobrevolaron la impresionante planta de “Jugos del Mundo”, con una veintena de tanques gigantes y contenedores rebosantes de racimos de uva negra.
Del zumo a la mesa
Tras la ampliación de su planta en Medanitos, la entonces intendenta Paulón hizo el anuncio tan esperado: La Indómita dejaría de producir solamente mosto para lanzarse de lleno a la carrera de la vinificación. “No hay precedentes de que en dos años una bodega haya conseguido insertarse de esta manera”, se regocijó en declaraciones a un medio tinogasteño horas antes del evento.
La presentación del vino de la bodega municipal se llevó a cabo el jueves 30 de marzo pasado en la Casa de la Cultura, en Capital. El vino fue descripto como un producto con “personalidad, una guarda de 8 meses en barricas y notas de mermeladas y frutos rojos”.
"Es un orgullo hacer llegar a toda la provincia el fruto de esta bodega que en solo dos años pasó de producir mosto a la producción de vino, junto al gran incentivo que significa para el desarrollo de los productores fiambalenses, que se posicionan como un polo vitivinícola en la región", expresó el vicegobernador Rubén Dusso, máxima autoridad provincial en el acto.
Luego sobrevino la promoción formal en el stand de Fiambalá en la Fiesta Nacional del Poncho 2023, donde Paulón se mostró junto con el enólogo de la bodega, el mendocino Esteban Roldán. En esa ocasión presentaron la línea vinícola denominada "Los Pueblos", en homenaje a los pueblos del Norte de la localidad.
Por esos días Paulón adelantó que se estaba preparando una carga de 50.000 litros de vino La Indómita para exportar a China. Con el agregado, por supuesto, de que se trataba de la única bodega catamarqueña en cerrar un acuerdo comercial de estas características con el país asiático.
El vino La Indómita se envasaba totalmente en Mendoza, incluyendo el etiquetado, la clásica descripción del producto y el packaging para comercialización.
Señales negativas y auditoría
Los inconvenientes con la bodega y su producción comenzaron en el segundo semestre de 2023, en el fragor de las disputas electorales. Según cuentan los comerciantes capitalinos, hace más de cuatro meses que no reciben una botella ni tampoco saben bien qué sucedió. “Ese vino no llega más porque hay problemas con la bodega”, respondió el vendedor de una vinería a INFORAMA.
Un empresario del sector reveló que en los últimos meses, antes de las elecciones generales de octubre, recibió algunas cajas de La Indómita pero sin la factura correspondiente. Se comunicó con quien estaba a cargo de la oficina comercial para pagar, pero nunca se ocuparon del trámite. Era evidente que algo funcionaba mal.
La confirmación de eso se dio a mediados de diciembre, tras la derrota de Paulón, quien se presentaba por su reelección por el peronismo, a manos del debutante Raúl Úsqueda (Juntos por el Cambio-UCR): una auditoría efectuada por las nuevas autoridades dio cuenta de que la bodega municipal hoy “no se encuentra operativa”.
Un informe realizado por el ingeniero Guido Medina dio cuenta del siguiente estado de la bodega:
- Carece de báscula en funcionamiento, lo cual impide cuantificar los volúmenes de entrada de la producción primaria de los productores locales.
- Falta una moledora de 25 k/h Cristóbal Santos, lo que limita la capacidad productiva declarada de la bodega al menos en un 50%.
- Falta una tolva receptora con motor de 7,5 HP marca Corradi.
- 12 tanques de fibra de vidrio están fuera de servicio por daños y eso dificulta el almacenamiento, disminuyendo su capacidad a un 30%.
- No funciona el sistema de enfriamiento (no está el motor), lo que limita los objetivos de la bodega.
Por otra parte, en un lugar no precisado de Mendoza se hallaron abandonados dos motores Copeland de 60 hp que pertenecen a la bodega La Indómita, cuyo costo por unidad es actualmente de 12.000 dólares. Estaban desmantelados.
De acuerdo con estimaciones oficiales, para poner en marcha nuevamente la bodega el municipio necesitaba en enero pasado alrededor de $70 millones, más $500 mil en concepto de multa adeudada al Instituto Nacional Vitivinícola (INV) por no haber pagado la habilitación de rigor de la mostera.
Para peor, por ahora en Fiambalá no tienen noticias de que el Gobierno siga adelante con el Fondo Rotatorio creado para comprar la uva a los productores de la zona. El horizonte se observa oscuro ahora que la Provincia padece la caída de sus ingresos federales.
Los antecedentes juegan en contra. En 2018, el municipio de Pomán consiguió un préstamo de $23 millones de la Provincia, a través de AICAT, para comprar la fábrica de productos olivícolas Vanoli y creó así su propia Sapem, “Agroindustrias Pomán”. No supo manejar la faena y un año después volvió a pedir auxilio financiero a la Provincia, que otra vez salió en su salvataje. Pero nunca logró administrar con eficiencia.
Al igual que el caso de Pomán, el municipio de Fiambalá demostró una vez más la incapacidad del Estado para gerenciar un proyecto económico que debería estar en manos de privados.
Los fallidos experimentos emprendedores de los intendentes le cuestan demasiado caro a los catamarqueños.