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Monarcas en retirada y otros enquistados: el mapa municipal tras las elecciones

Las elecciones del domingo 22 no solo marcaron el retroceso histórico de la principal oposición encabezada por el radicalismo, ahora devenido en tercera fuerza, sino que también serán recordadas por el cambio que produjeron en el mapa de las monarquías municipales en el interior de Catamarca. Se trata, en verdad, de un hecho trascendental.

En números concretos, sobre un total de 15 intendentes que habían superado los dos mandatos consecutivos, solo 8 lograron asegurarse cuatro años más en el poder. Los restantes fueron derrotados en las urnas, algunos incluso a manos de candidatos que hicieron su debut en las lides electorales.

La continuidad sin límites de los intendentes, al igual que cualquier otro cargo electivo, es una praxis retrógrada contraria a la ley, a la doctrina de la Corte Suprema de Justicia y a los tratados internacionales. De hecho, se entiende que toda reelección que supere ocho años seguidos es reprochable en un sentido amplio.

En el caso de Catamarca, la Constitución establece en su artículo 250 que “el intendente durará en sus funciones cuatro años y podrá ser reelecto”. La última reforma parcial de 1988 preservó el “derecho” de la reelección indefinida solo para el cargo de gobernador.

Los municipios del interior que cuentan con Carta Orgánica propia han establecido límites para la reelección. El de Tinogasta, por ejemplo, lo puso en dos mandatos. Pero todos aquellos que no tienen esa norma interna deben regirse por la Ley Orgánica Municipal N° 4640, la cual prevé que el intendente “durará cuatro años en sus funciones y podrá ser reelecto por un período inmediato”, aunque permite que sea “elegido nuevamente, después de un lapso de cuatro años”.

Sin embargo, varios intendentes que buscaban sus re-reelecciones acudieron a la Justicia provincial para plantear la inconstitucionalidad de la Ley de Municipalidades, alegando que ésta no podía estar por encima de la Carta Magna provincial, la cual no prohíbe, taxativamente, que los intendentes puedan presentarse a elecciones para más de dos mandatos.

La pretensión de esos jefes municipales fue avalada tanto por los gobiernos de turno como por la propia Justicia Electoral provincial, que entiende que la Constitución es “clara” e “inobjetable” porque expresa que los intendentes pueden ser “reelectos”, aún cuando no diga cuántas veces pueden hacerlo. Es decir, convalida el carácter vitalicio de los cargos electivos.

Por el contrario, la Convención Interamericana de Derechos Humanos defiende que la alternancia en el ejercicio del poder constituye uno de los pilares de la democracia, y por ello promueve evitar todo continuismo que lleve a la personalización del poder en contradicción con los principios republicanos.

En un fallo de junio pasado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció en contra del planteo del peronista Sergio Uñac, que buscaba ir por su cuarto mandato consecutivo en San Juan. Había cumplido uno como vicegobernador y luego dos como gobernador.

El voto del juez Carlos Rosenkrantz fue particularmente duro. Sostuvo que “la reelección para sucesivos mandatos de una persona en el ejercicio de un cargo público de la naturaleza de la gobernación o vicegobernación conlleva el riesgo de que el pueblo deje de ser debidamente representado por sus elegidos y que el sistema de gobierno se asemeje más a una autocracia que a una democracia”.

Sorpresas en las monarquías

Si se trata de retener el poder, no hay diferencias entre peronistas y radicales: representantes de ambas fuerzas, con dos mandatos cumplidos o más, acudieron a las urnas del 22 de octubre en busca de continuidad. Pero a siete de ellos el pueblo les dijo no.

AFUERA. Gilberto Santillán (Londres), Marcelo Saavedra (Los Varela) y Ramón Villagra (Villa Vil)
CAMBIO. Roxana Paulón dejará el municipio de Fiambalá a fin de año. Asumirá Raúl Usqueda.

Coronas aseguradas

Los que pueden seguir festejando la conservación de sus reinados son ocho intendentes, en su mayoría peronistas. No obstante, el partido GEN, fundado por la exdiputada nacional Margarita Stolbizer, retuvo dos municipios: Capayán y San José (Santa María)

Pero sin dudas el caso que supera a todos, por lejos, es el del intendente de Pomán, Francisco Gordillo, quien el domingo obtuvo su pase para llegar a los siete mandatos consecutivos. Serán 28 años con el mismo jefe municipal, un auténtico récord.

Francisco Gordillo, el intendente de las tres décadas.

En otros términos, se puede afirmar que en Pomán transcurrió una generación completa de vecinos que no conoció otro intendente que Gordillo. Nacieron, se educaron, formaron sus familias y trabajaron a la sombra del mismo gobernante. Un ciclo de vida que remite, en rigor, a los feudos medievales.

El domingo pasado, el jefe municipal venció en las urnas a su hijo Nicolás Gordillo, quien se presentó como candidato por La Libertad Avanza, por 60% a 34,8% (1.629 votos a 944)

Quien sigue el camino de Gordillo es el intendente Jorge Herrera (UP), de Las Juntas, Ambato. Herrera (60) lleva 16 años al frente de ese municipio y el domingo se aseguró el salto al quinto mandato consecutivo. Superó por 432 votos (77%) a 129 (22,9%) a Rafael Bizzoto, de Juntos por el Cambio.

Jorge Herrera, intendente de Las Juntas, el día que fue anfitrión de Fernández.

En cantidad de años de mandato y reelecciones siguen otros peronistas: Armando Seco Santamarina (El Rodeo, Ambato), Osvaldo Gómez (La Puerta, Ambato), Ariel Ojeda (El Alto), Marcelo Villagrán (Hualfín, Belén) y Omar Soria (Huillapima), entre los principales.

En cuanto a los intendentes reelectos con el sello del GEN están Alfredo Hoffman (Capayán), quien lleva tres periodos consecutivos y en diciembre iniciará el cuarto (venció por 2.189 votos a Daniel Ormachea, de UP, que sacó 1.960), y José Antonio Gómez (San José), quien le ganó la disputa por el municipio a Nicolás Delgado, también de UP, por 1.828 votos a 1.493.

La Justicia Electoral de Catamarca permitió las reelecciones sin tope de los intendentes alegando, además, que así garantizaba el derecho a la libre participación política. No considera, sin embargo, el derecho de los demás ciudadanos que no pueden participar en igualdad de condiciones, ya que carecen del acceso a los instrumentos de poder estatal en manos de los intendentes en ejercicio. Hay lugares del interior donde el intendente se maneja como dueño del pueblo.

El concepto ausente en ese fuero de la Justicia es que la falta de alternancia afecta la calidad de la vida democrática. Una carencia clave a 40 años de la recuperación del sistema en Argentina.  

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