Opinión

¿Quién nos cuida? Una Justicia inoperante frente a la violencia contra las mujeres

A pesar de la insistencia para denunciar los hechos de maltrato, muchas causas quedan en la nada misma o en sentencias que no protegen realmente a las víctimas. La causa de Karina Chazarreta y Luciana Robles se unen en un punto clave.

Catamarca ha quedado conmocionada tras el hallazgo de los restos de Karina Chazarreta, la mujer que desapareció en enero de este año. Sin embargo, Chazarreta había denunciado por amenazas de muerte a su expareja en diciembre pasado. Una causa que simplemente "quedó en la nada".

La impunidad con la que se manejan los violentos en esta provincia deja a todas y cada de las mujeres con un sabor agrio en la boca. La realidad que vivió Karina podría ser la que viven actualmente cientos de mujeres en toda la provincia.

Edith Pintos, amiga cercana de Karina confirmó que la mujer era víctima de violencia de género por parte de su expareja. No obstante, el fiscal Jonathan Felsztyna detuvo sólo una noche a Cristian del Valle Ortega, y lo liberó al día siguiente con la excusa de que no había resultados que lo involucrarán en la desaparición de su exmujer (a pesar de las amenazas de muerte que ejercía contra ella).

La amargura azota cuando la Policía ríe o el fiscal de turno duerme la siesta. Muchas denunciantes logran declarar en contra de sus agresores; sin embargo, algunos juicios resultan en "suspenso" o sin cárcel efectiva, como lo fue en la causa de Luciana Robles.

Robles denunció también a su exmarido, por amenaza de muerte y golpes en reiteradas ocasiones. La mujer sufrió la pérdida de piezas dentarias, incluso. Tras un largo proceso, la Justicia de Catamarca le imputó a Fabricio Allione una sentencia "en suspenso" por 3 años.

La joven de Andalgalá teme por su vida y la de sus hijos. Reclamó en varias ocasiones que el juez de la causa había expresado que Allione "no representaba un peligro para la sociedad".

Luciana permanece viva y a la espera de poder darles una vida mejor a sus hijos pequeños. A pesar de tener el sistema de pulseras dual, el cual monitorea que el imputado no se acerque a la víctima, ella teme por su vida y la de sus hijos.

En diálogo con este medio, Robles explicó que en una ocasión, en medio de la Terminal de Ómnibus, la pulsera empezó a sonar y ella entró en pánico. Ningún móvil policial se acercó hasta ella para ver qué pasaba. Allione estaba cerca.

Para Fernanda Rosales, presidenta de la Corte de Justicia de Catamarca, los problemas de los que tanto se le reclama al Poder Judicial “tienen que ver con atrasos estructurales que venían -en algunas cuestiones técnicas y científicas- detenidas hace muchísimo tiempo”.

La jueza de la Corte indicó que “de a poco hay avances” en materia tecnológica que permitieron acelerar los tiempos de las investigaciones, pero el problema fundamental “es de fondo y nadie lo discute”.

Sobre este punto, Rosales puso como ejemplo la Ley de Violencia de Género, a la que tildó de vanguardista pero inexistente en cuanto a las estructuras que requiere, como ser los Juzgados y las fiscalías específicas.   

El mal gusto en la boca que dejan algunos titulares del día en sus lectores resultan mucho más que solamente cifras que contabilizan la "violencia de género". Cada una de las mujeres y disidencias que se nombran en las noticias judiciales tienen un nombre y rostro. Una vida que se ve arrebatada y núcleos familiares que terminan absolutamente devastados.