Opinión

“Mira mamá, estoy arriba”: por qué nos gustan tanto los artistas urbanos

La música que llega desde los arrabales suele estar teñida de sangre, sudor y lágrimas. Catamarca se abre paso en la movida latinoamericana.
Por Redacción Inforama

El término “música urbana” hace referencia estilos musicales como el hip hop, el trap, el R&B, el reggaetón y hasta el RKT. Se suele usar la etiqueta “rapero” o “trapero”  a todo lo que suene similar estos géneros, aunque quizás no sea la definición más apropiada.

En sus inicios, el concepto se aplicaba para referirse a la música creada por la comunidad afroamericana de Estados Unidos, a menudo en barrios pobres o marginales. Hoy en la Argentina, esto no ha cambiado demasiado, sigue tildándose de “vulgar” todo aquello que tenga alguna referencia a la noche, las drogas o las mujeres.

Sin embargo, de Catamarca para el mundo, hay múltiples chicos y chicas que se lucen cuando suben a las tablas y la pelean desde abajo, cantando todos los viernes en los escalones de la Plaza Alameda.

El sueño Americano VS. El Sueño Argentino

Comprarse las mejores zapatillas, grabar en un estudio tus canciones, “pegarla” en las redes sociales y ayudar a tu vieja económicamente, son tan sólo uno de los cuantos deseos que mueven a los pibes de 20´s y tantos que hacen música. Enorgullecer a los padres, y al barrio. En fin, triunfar en la escena musical, se plantea una vez más como la salvación de situaciones de vulnerabilidad económica y social, lo conocido para Latinoamérica.

“Me voy pal estudio y no me sale mal un estribo.

¿Ves lo que digo? Yo soy un wacho atrevido.

Por el bajo haciendo ruido, ni nos vimos.

Por el bajo haciendo ruido.

El barrio no quiere más tiros”, Atrevido de TRUENO.

Vemos- y cada vez más seguido- que los chicos que vienen trabajando y puliendo sus talento en la plaza, muy a pulmón, logran grabar sus canciones o incluso actuar en grandes espectáculos. Podemos pensar en Wos,Cazzu, Paulo Londra , María Becerra, y Trueno-si queremos  ponernos más locales- Mg, Smokk, Mack o Zatch; artistas que han salido literalmente de las plazas a hacer colaboraciones con artistas nacionales e internacionales. La sensación de que es posible crecer y cumplir los sueños, impulsan más y más chicos a seguir trabajando duro.

En palabras de WOS:

"Mirá mamá, estoy arriba

y te juro que no hay nada más que la vida.

Todo se deshace y quiero irme.

Cuando no puedo pisar firme en el mismo lugar que antes.

Pero todo son instante' y escapar no sirve.

Para buscar ser libre nunca se hace tarde"

¿Qué es lo que nos mueve de la música urbana?

¿Se puede rapear desde la ficción? Claro que sí, pero quizás lo que realmente nos hace poner los pelos de la nuca de punta, son aquellas canciones que remiten a todas las palabras que fueron negadas por la familia, la sociedad o los pesos patriarcales.

“A veces me pongo a pensar si con mis letras incomodo,

pero busco expresarme y este es el único modo.

Contando mis problemas, escondido en un apodo.

Haciendo criticas sociales, encerrado y ajeno a todo”, Catarsis del trapero catamarqueño Zatch.

https://www.youtube.com/watch?v=zRqlZy4MRQY

Las batallas de freestyle se han presentado -a lo largo de los últimos 10 años- en Latinoamérica como un espacio de pelea y resistencia para todos aquellos grupos que buscaban encontrarse en los márgenes de las “instituciones artísticas”. Pero sobre todo, estos espacios en las plazas se han prestado como escenario para que les, las y los pibes canten sobre sus sentimientos y vulnerabilidades.

“Ya no sé muy bien lo que me pasa.

Encontré la llave y me olvidé donde es mi casa

Creo que hace tiempo vivo en una carcasa”, Terraza de Wos.

La plaza resulta ser un espacio para batirse en duelo, pero también para hablar de todo lo que no se puede decir en la casa, ni en las escuelas.

“Música era la de antes”: el hate de los puristas musicales

Hoy, 9 de diciembre del 2022, resulta difícil poder encasillar los géneros de música. Los segundos que dura el micrófono prendido se han vuelto un espacio de experimentación y fusión constante. Entonces quizás resulte frustrante contemplar la necesidad de ponerle a todo un nombre.

¿Es posible comparar la música de la “vieja escuela” junto a explosión de las producciones de la escena urbana?

Lejos de meternos en la complejidad de la composición musical-entre otros criterios técnicos- he de hacer hincapié en la importancia de poder encontrar refugio en la música. O quizás, se trate de ir un poco más allá, romperlo todo y volverlo a crear con las partes de un antiguo imperio, sin pensar en mediciones o expectativas, sólo haciendo caso a lo que salga con urgencia del corazón.

Figuras como Lito Vitale, lograron brindarse a las nuevas generaciones y abrazar las diferencias.

Un gran ejemplo de la comunión entre la música clásica argentina y el nuevo género urbano, es la presentación y el clímax creado por WOS, Teresa Parodi, Víctor Heredia y Luciana Jury en los Premios Gardel del año 2019.

Profetas en su tierra: Catamarca, al fin

Durante mucho tiempo, la provincia fue escenario exclusivo de producciones musicales relacionadas al folclore y el cuarteto. "La Once Seis Siete" vino a aportar la escena musical urbana de Catamarca, desde la experiencia empírica de su productor, Martín González.

Entre los principales propulsores de la movida, está el cantante Agustín Vera (24 años) es el organizador de Barras del Norte. “Barras” es una organización de Catamarca que organizaba eventos de batallas de free style. A su corta edad, Agustín trajo a nuestra provincia espectáculos con artistas-hoy en día internacionales- como WOS, Paulo Londra y Duki.

Las traperas y raperas catamarqueñas brillan con el mic en la mano. Cantantes con Yaz Vega, Kathy Moreno y LINA LD se encuentran en plena actividad rompiendo las plazas y escenarios locales.