Condenaron a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a 6 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos. Se pone difícil estar en el medio de esta pelea entre políticos multimillonarios que tienen solucionada la vida hace mucho tiempo.
A algunos les piden que se alegren por la condena y a otros que salgan a luchar por ella, cuando muchos no tienen ni para parar la olla.
La vicepresidente no va a ir presa, primero porque tiene fueros y luego porque tiene edad para una domiciliaria. Pero por allí pasan las preocupaciones del sector político, ni el hambre, ni la pobreza, ni la inflación.
Los millones que faltan son de todos los argentinos que salen a trabajar a diario.
Los que estamos en el medio, seguimos desde hace mucho tiempo tener el país que nos merecemos.