Opinión

Los tropezones de la intendenta Zenteno

Hasta hoy, ninguna de las principales obras públicas ejecutadas por administración tuvo un desenlace feliz. No queda claro cómo piensa manejar el cine teatro de Valle Viejo o lo que finalmente pueda construir.
Por Marcelo Sosa

Una de cal y otra de arena. Así podría ser calificada la gestión de la peronista Susana Zenteno al frente del municipio de Valle Viejo, cargo que obtuvo en 2019 al vencer en las urnas, contra todos los pronósticos, a Gustavo “El Gallo” Jalile, uno de los últimos caudillos radicales que quedaban en pie en el interior catamarqueño.

En apenas diez días, Zenteno quedó envuelta otra vez en polémicas por un par de obras públicas desafortunadas, tanto por el gasto como por la ejecución y el criterio de prioridades.

Por un lado, la comuna construyó reductores de velocidad o “lomos de burro” en esa ciudad que se convirtieron en un verdadero peligro para los conductores, porque además de ser excesivamente altos al poco tiempo empezaron a dañarse, es decir, se volvieron aún más riesgosos para los vehículos y vecinos.

Uno de los polémicos "lomos de burro" de Valle Viejo.

El concejal opositor Gerónimo Cabrera presentó un pedido de informes al Ejecutivo municipal con el fin de conocer cuál fue el gasto realizado en la obra, los funcionarios responsables del “plan” y la ejecución, además de un detalle de los materiales empleados, entre los principales puntos. Le faltó solicitar lo que fue una omisión obvia: si el municipio consideró las medidas reglamentarias establecidas para los “lomos de burro”, según los tramos de velocidad de las calles.

Tan deficiente fue la construcción que la propia Zenteno tuvo que admitir ante la prensa que los reductores fueron “mal realizados” y que ya había ordenado que sean “retirados” a la brevedad. “A mí me encantaría tener más semáforos, pero un equipo sale hoy 12 millones de pesos, así que no podemos comprarlos. Pero sí podemos hacer más reductores de velocidad”, aseguró.

Es de esperar que esta vez al menos buscará asesoramiento técnico para no seguir malgastando los recursos de los vecinos chacareros.

Un cine o poco menos

Por otro lado, el municipio recibió poco más de $12 millones en dos pagos, sobre un total comprometido de $20,3 millones en el marco del programa nacional “Argentina hace”, para la construcción de un cine teatro, obra que Zenteno anunció muy orgullosa en marzo de 2021.

El complejo se levanta en inmediaciones de la Plaza El Aborigen y a escasos metros de un centro de salud privado. La ejecución comenzó en abril del año pasado y preveía un plazo total de 180 días. Es decir, el cronograma formal expiró y la obra quedó a mitad de camino, o quizás menos.

Una versión indicaba que en lugar de un cine teatro con todas las letras, la obra devendría en una suerte de complejo cultural multipropósito. Porque con los 20 millones acordados hace un año y medio, inflación mediante, hoy no se podría aspirar a mucho más.

Render del proyecto de Cine Teatro de Valle Viejo. Según la comuna, se gastaron 56% de los $20 millones previstos.

Sin embargo, el subsecretario de Planificación de Valle Viejo, David Juárez, salió el miércoles pasado a ratificar el proyecto original, que incluiría una sala de cine con 220 butacas y un escenario para teatro, aunque aclaró que ahora tendrán que buscar financiamiento extra para cumplir el cometido. Como el grifo de la Nación ya está cerrado para esa obra, la única fuente de recursos disponible es la Provincia.

Era de suponer que la oposición política chacarera no se perdería este bocado. “Gastamos 20 millones en construir tres paredes”, castigó el concejal Javier Espinoza, de Juntos por el Cambio. Y continuó: “La falta de profesionalismo y la gran improvisación es el sello de la gestión kirchnerista en la comuna”.

A criterio del edil, “hacer un cine es importante para nuestra cultura, pero mucho más es atender el déficit del sistema sanitario”, dijo, como las postas sanitarias en los barrios y el hospital de Villa Dolores. “Esas sí son obras urgentes”, remató.

Ahora bien, ¿qué uso pretende darle al cine el municipio chacarero? ¿Se limitará a ofrecer solo las películas del Instituto Nacional de Cine (INCAA) o pretende ingresar en el circuito comercial de las cadenas privadas? ¿Lo explotará como un negocio o lo considerará un servicio social? ¿O bien tiene la idea de concesionar la sala a un prestador del rubro?

Ninguno de esos puntos fue planteado en el entusiasta anuncio oficial del cine para los chacareros. Quizás la intendenta Zenteno espere primero cortar la cinta antes que explicar el destino final del complejo. Por cómo va la obra, tendrá tiempo de sobra para pensarlo.

La hostería de los halcones

Otra obra en la que la gestión Zenteno está en deuda es el arreglo de la hostería “Polo Giménez”, en la cumbre del cerro Ancasti. La recibió en diciembre de 2020 de manos del Gobierno provincial, tras 10 años de ser explotada por el empresario Maximiliano Walther, quien a su vez había obtenido la concesión en el gobierno de Eduardo Brizuela del Moral. La madre de Walther, Catalina Krapp, fue secretaria de Turismo en esa administración.

En el mismo acto de recepción de la hostería, el municipio chacarero se comprometió a ponerla en marcha en 6 meses. Ya pasaron 22 y todavía sigue cerrada al público, justo en momentos en que Catamarca empezó a recibir un aluvión turístico histórico.

Hostería "Polo Giménez", en la cumbre del Ancasti. Hace 4 años que está cerrada y no hay fecha de reinauguración.

Para justificar la demora, la comuna aseguró que los trabajos para recuperar el complejo eran mayores que los previstos; que se debían reemplazar sanitarios, instalaciones, mobiliario y carpintería interna y externa, en especial los decks orientados al valle. No obstante, Walther había dejado la concesión en 2018 con la hostería en funcionamiento. Solo había que restaurar balcones, decks y pintar.

La exageración como defensa de la negligencia es un recurso habitual en estos casos.

Pasaban los meses y la hostería no solo seguía cerrada, sino que además tampoco se observaba avances en la obra. De hecho, la única noticia que hubo en estos dos años fue la queja de un grupo de becados municipales porque los dejaron abandonados más horas de las previstas, sin comida y a su suerte en la cumbre.

En agosto pasado, el secretario de Obras Públicas de Valle Viejo, Gustavo Soria, explicó que el retraso se debe a los daños producidos por los últimos incendios en el tendido de energía del cerro. “Estimamos que una vez restablecido el servicio eléctrico, en menos de 30 días se pueda terminar con toda la obra”.

Hasta ahora, sin embargo, la intendenta Zenteno no se atrevió a ponerle fecha a la reinauguración de la “Polo Giménez”. El temor no es zonzo, se dice.

Un recato que no tuvo cuando la entrevistó el cristinista Diego Brancatelli en una radio porteña y le pidió que describa qué encontrarán los turistas en la cuesta del Portezuelo: “Allí van a estar tranquilos y podrán ver el ‘arbitraje de halcones’, porque ahí viven”. Se refería, por cierto, al avistaje de cóndores. La promoción turística no es lo suyo.

Resta ver si es capaz de cumplir con alguna de las obras por administración que encaró antes del final de su mandato en 2023.