La Madre Morena llegó en brazos del padre Gustavo Flores, rector de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, escoltada por guardianes y gauchos, junto con el Beato Mamerto Esquiú, llevado en andas por servidores de su tierra natal.
Las sagradas imágenes fueron recibidas con fervor por el público que se reunió en el Salón Mayor para participar del acto oficial presidido por el gobernador Raúl Jalil, acompañado por el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli; el intendente de Capital, Gustavo Saadi, entre otras autoridades.
Luego del saludo, fueron colocadas en un sitial de honor desde donde bendijeron el inicio de la fiesta mayor de los catamarqueños. Tras la interpretación del Himno Nacional Argentino y el Himno a Catamarca, el padre Flores presidió la oración en el que dio gracias a Dios “porque creaste al ser humano a tu imagen y semejanza en el amor, la inteligencia y la libertad, y porque le diste el universo entero como su hogar, a fin de que en él desarrollara todos los dones y cualidades con los que tú lo enriqueciste”.
También agradeció al Señor “por las manos de las madres que cuidan de sus hijos; de los padres que luchan por el sustento de sus hijos; de los niños que en su inocencia se preparan para el futuro. Gracias por las manos de los jóvenes que construyen el futuro; de los artesanos, obreros, campesinos, zapateros, carpinteros, lustrabotas, profesores, médicos, sacerdotes y religiosos, artistas e intelectuales, y por las manos de todos los que con esfuerzo y optimismo ayudan a humanizar al pueblo”. Este momento de oración concluyó con el rezo del Padrenuestro y el Avemaría, y la bendición final.
Después, las imágenes de la Madre del Valle y del Beato Mamerto Esquiú fueron trasladadas hasta el Pabellón de Turismo, desde donde bendecirán y darán la bienvenida a los visitantes que llegan a Catamarca para vivir estas jornadas de cultura y tradición donde la fe está presente.