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Encontraron piezas arqueológicas en Capayán: no había registros de las “botijas” u “hornitos de barro”

Consisten en termoestructuras conocidas popularmente como “botijas” u “hornitos de barro”, distribuidos en los bordes de antiguas hoyadas de deflación en la localidad de Balde de la Punta.

El equipo GEA-UNCA lleva adelante diferentes proyectos de investigación y extensión vinculados con la arqueología e historia en el Valle Central de Catamarca y en esta oportunidad realizaban tareas de prospecciones en el sur del departamento, donde los pobladores locales les informaron de la presencia de este tipo de estructuras y con su colaboración, se registró el hallazgo de los “hornitos”.

Se debe agradecer, agregaron, a Ariel Mediavilla, de Balde de La Punta, Fidel Carrizo, guía y baqueano de la zona y a Carlos de La Torre, de la Dirección de Antropología, quién hizo el contacto con la Directora de la Escuela N°326 de dicha localidad, dado que la arqueología como ciencia social, estimula y depende del saber local para el desarrollo de sus investigaciones

El Lic. Ezequiel Fonseca, uno de los integrantes del GEA-UNCA, explicó que este tipo de “hornitos” han sido estudiados desde principios de siglo XX, pero “en Catamarca no teníamos registros de ellos, dado que en la bibliografía académica se atribuye a poblaciones de cazadores-recolectores y se las relaciona a la Tradición Cultural de la Llanura Central, vinculadas a una estrategia de desplazamiento estacional en ambientes áridos, como los Perisalinos y Salinas”, indicó el especialista.

En todos los casos, las descripciones académicas  definen a  los “hornillos” bajo sus rasgos subterráneos, conformados a partir de la alteración térmica de sus paredes laterales y base. En nuestro caso, la particularidad de Capayán en sus  tierras bajas, hacia al sureste, las investigaciones arqueológicos fueron nulas por encontrarse una geomorfología Perisalina y como en esta área el agua ha sido siempre un recurso crítico, incluso hasta nuestros días, fue visto por la arqueología tradicional como un área marginal y de poco desarrollo cultural.  “Estos hallazgos nos permiten reformular ésta visón, pensando en estrategias de circulación estacional que expresen parte de la cosmovisión económica y simbólica de las poblaciones del pasado”.

Otro de los integrantes del equipo,  el Lic. Claudio Caraffini,  agregó que la mayor parte de los sitios arqueológicos registrados  con estas características están en los bordes de las antiguas hoyadas, que con el clima actual, se transforman en lagunas temporarias. Los sitios se caracterizan por la presencia de termoestructuras conocidas “hornitos de barro cocido” y generalmente se manifiestan bajo la forma de anillos cortados por la erosión, con paredes de textura y color del ladrillo a causa de la temperatura, que son rápidamente destruidos por los derrames pluviales.

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