Catuchas

Tocando el cielo: padre e hijo catamarqueños cumplieron el sueño de hacer cumbre en el Aconcagua

Raúl Guillermo "Willy" Barrionuevo habló con INFORAMA sobre la hazaña que marcó su vida para siempre.
Por Pablo Perez

Raúl Guillermo "Willy" Barrionuevo (58) y Leo Barrionuevo (30), padre e hijo catamarqueños, cumplieron el sueño de hacer cumbre en el cerro más alto de América Latina: Aconcagua. Está ubicado sobre ruta nacional 7, a 185 kilómetros de Mendoza capital, con una altitud de 6.962 metros sobre el nivel del mar.

Se trata de la segunda vez que Willy fue por la hazaña, y estuvieron acompañados por su amigo Sergio Tomsic, de 70 años, quien lo intentó por cuarta vez. Barrionuevo hizo su primer intento en 2010 junto a Úrsula Díaz, la primera catamarqueña en conquistar el Everest. En esta oportunidad, el hombre, de profesión odontólogo, quiso ascender nuevamente y enfrentar el desafío con su hijo, quien también se recibió también de dentista, y de esa manera cumplieron un sueño compartido.

La idea surgió hace 12 años, cuando "Guillermo "Willy" observó a un inglés y su hijo hacer cumbre, y quedó esa imagen dando vueltas por su cabeza hasta que se lo dijo a Tomsic y afianzaron el proyecto en el lapso de un año, en el que hicieron inversiones y compraron los equipos correspondientes.

Preparados para subir
De izquierda a derecha: Leo, Sergio y Guillermo

Empezó a entrenar en agosto de este año en los cerros de Catamarca y contó que se vio beneficiado en la parte respiratoria por su experiencia en el montañismo de modo amateur, y también por practicar mountain bike, sumado a que se ejercita en el gimnasio. Se considera un deportista de toda la vida.

Llegar a la cima del Aconcagua y tocar el cielo con las manos se pudo concretar sin dificultades, porque la aclimatación fue realizada por etapas y de manera lenta, día a día, que en total fueron 13 hasta llegar a destino. Aunque en un principio plantearon hacerlo en 17.

Además de los protagonistas catamarqueños, el grupo estuvo integrado por personas experimentadas: tres croatas, un macedonio, dos neoyorquinos, una mujer de Noruega y un argentino. Este último, oriundo de Buenos Aires, finalmente no llegó a la cumbre.

En 5 días estuvieron por distintos campamentos. Según el sitio web aconcaguaexpeditions.com, son las áreas destinadas al asentamiento de los visitantes del parque. Generalmente sirven como resguardo del viento y las avalanchas, poseen agua potable y/o neveros para su generación y también sirven de base a guardaparques y servicios médicos.

Se pueden distinguir 3 tipos de campamentos:

De aproximación: utilizados como descanso entre un punto y otro, generalmente entre el punto de inicio del trek y el campamento base.

Base: utilizados generalmente para aclimatar y prepararse para atacar cumbre.

De altura: ubicados ya sobre el cerro, conformando puntos intermedios entre la base y la cima.

Sueño cumplido

Caminaban entre 6 y 7 horas por día y el resto permanecían tranquilos, alimentándose, hidratándose. El domingo 11 de diciembre, día en el que cumplieron su meta, se despertaron a las 2 de la madrugada en su carpa con menos de 20 grados bajo cero. Tomaron café con barras de cereal y empezaron a caminar hacia la cumbre a las 4 y llegaron alrededor de las 14.

Previamente, el croata empezó a delirar con sus palabras y decidió bajar, al igual que su amigo Sergio Tomsic y el bonaerense. Solo quedaron 7 del grupo de 11 personas que había en un inicio. Leo Barrionuevo fue de los primeros en llegar junto al macedonio, les siguieron los 2 hombres de Nueva York y Guillermo en quinto lugar.

"En la cumbre no hay sensación que se pueda describir. Más en el caso de ir con tu hijo", dijo Guillermo a INFORAMA. Ambos se abrazaron y lloraron al llegar. Todos vieron el paisaje y se alegraron.

A la hora de pensar si volvería a repetir la experiencia, responde que por el momento se siente conforme y cree que hay mucho en juego al realizar una travesía de esa magnitud. La familia, los amigos, el trabajo. Al ser odontólogo, corre riesgo de verse afectado en su desempeño por sufrir el congelamiento de manos por las bajas temperaturas que se deben resistir.

"Uno pone en juego todo. Pero todo el tiempo traté de escuchar el cuerpo, la mente, que va cada uno por su lado. Gracias a Dios ningún inconveniente, solo tuvimos mucha sed. Nos quedamos cortos con el agua pero chupamos nieve en el camino y eso aliviaba la garganta. Nos ayudó a llegar a la cumbre", expresó Raúl Guillermo "Willy" Barrionuevo a INFORAMA.

El descenso resultó difícil, porque en una zona empinada es fácil caerse. Iban todos atados con una soga que los ayudaba a mantenerse unidos como un pelotón. Tanto la ida como la vuelta dejan recuerdos que quedan para siempre, dijo Guillermo, que en su caso le marcaron una etapa como persona.

"Es una victoria de vida. Un premio personal y familiar".

Guillermo Barrionuevo

El regreso fue rápido comparado a la subida, porque lo realizaron en 3 días. Retornó este jueves 15 de diciembre por la mañana a Catamarca.

"Te contás la vida, queda una amistad como si te hubieras conocido de toda la vida. Íntimos. Todos aferrados a los objetivos. Te ayudás tanto que aparecen las mejores virtudes pero también los peores defectos, todas las sensaciones. Nos ayudamos entre todos, nos alentamos permanentemente y la esencia fue esa. Darnos una mano entre todos y compartir. Miedo lo tenés siempre, es tu compañero y hay que respetarlo, pero no dejar que te gane", expresó Barrionuevo a este diario.