Después de 16 años de lucha incansable, una madre de Catamarca recibió una notificación devastadora: la causa por el abuso sexual contra su hija, ocurrido en 2009, fue archivada sin juicio. El acusado, Juan Carlos, que entonces tenía 76 años y era su empleador, fue sobreseído por prescripción. La mujer denunció que nunca fue notificada formalmente del cierre de la causa hasta que ya era un hecho consumado.
“Mi hija tenía cinco años cuando el señor Juan Carlos, mi patrón, abusó de ella”, relató entre lágrimas. “Me mandaba a hacer trámites y me pedía que la dejara con él. Yo confié. Pero él aprovechó esa confianza y le arruinó la vida”. El testimonio de la madre está respaldado por documentación incorporada en el expediente judicial. Hoy, su hija está a punto de cumplir 21 años.
Durante más de una década, la madre acompañó la causa ante cada instancia judicial: se presentó en fiscalías, tribunales, marchas y medios de comunicación. “Me dijeron que el juicio se iba a hacer, que ya estaba el jurado. Pero ahora me notifican que prescribió. Me siento burlada por la justicia”, dijo. Denunció además que el acusado firmó su sobreseimiento junto a su abogado sin que ella fuera informada: “Me enteré días después. Nunca me notificaron su presencia ni me permitieron participar”.
El impacto de esta decisión judicial es profundo: no solo no se juzgó al acusado, sino que continúa viviendo en Vallechicos, a pocas cuadras de la víctima. “Hoy entiendo que los violadores tienen más derechos que nosotros. Yo lo único que pedía era justicia para mi hija”, expresó con profunda indignación.
La causa se suma a una serie de casos en Catamarca donde las demoras judiciales derivaron en la prescripción de delitos graves. La mujer asegura que no recibió explicaciones claras: “Nunca me atendió el juez. Nunca me explicaron por qué pasaron 16 años sin que se hiciera el juicio. Me dijeron que ya está, que fue por el paso del tiempo”.
En su lucha, la madre se encadenó en tribunales, dio entrevistas, presentó escritos y buscó por todos los medios visibilizar el caso. Hoy, solo le queda la frustración de haber esperado justicia que nunca llegó. “No quiero que esto quede en el olvido. No puede ser que un delito contra una criatura de cinco años quede impune solo porque pasó el tiempo”.