
La conmemoración por un nuevo aniversario de Chumbicha se transformó en escenario de una contundente protesta docente. Frente al palco donde se encontraba el gobernador Raúl Jalil, educadores de distintos puntos del departamento Capayán levantaron carteles con la consigna “La educación no se negocia”, en rechazo al decreto 884 y a las medidas impuestas por el Ministerio de Educación. Una de las voces más impactantes fue la de Marcela Martín, maestra de la escuela N° 29 de Nueva Coneta, quien ofreció un testimonio que conmovió al público: “Una alumna me dijo: ‘Si usted viaja a dedo, ¿para qué estudié?’”.
En diálogo con la prensa, Martín reveló que la situación en el aula es crítica. “Tuve que volver a enseñar contenidos de primer grado en un tercer grado, porque los chicos no saben leer ni hacer operaciones básicas”, explicó. La docente señaló que las deficiencias educativas vienen acumulándose desde la pandemia y no fueron abordadas por la gestión actual. “¿De qué me sirve escribir en el pizarrón si no saben leer?”, cuestionó, remarcando la gravedad del panorama escolar.
Además de las dificultades pedagógicas, Marcela enfrenta un calvario personal: tras una licencia médica por epilepsia y neuralgia del trigémino, fue obligada a retomar su puesto sin contemplaciones. “Me llamaron de un día para el otro. Tengo que estar a las 6:20 de la mañana en la ruta para hacer dedo y caminar 4 kilómetros hasta la escuela”, denunció. Pese a tener toda la documentación médica en regla, su situación no fue tenida en cuenta por las autoridades.
Finalmente, la docente anticipó que si el Ministerio de Educación no ofrece respuestas concretas, las medidas de fuerza continuarán y podrían afectar los actos escolares próximos. “No se va a abandonar la lucha hasta que deroguen la ley. Nos están ocultando información, no valoran el rol docente. Nosotros estudiamos no para cobrar una miseria tampoco”, sentenció.