Ricardo tiene siete años y es de Santa María, Catamarca. El 30 de abril sufrió un grave accidente en moto junto a su papá, que le provocó una hemorragia interna severa por una lesión en el hígado. Su vida estaba en peligro. La respuesta inmediata del gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y su equipo de salud fue clave para salvarlo.
A pesar de que el niño no era tucumano, el gobernador ordenó activar un operativo aéreo de emergencia que permitió trasladarlo en helicóptero desde Santa María al Hospital del Niño Jesús, en la capital tucumana. El vuelo duró solo 25 minutos y evitó una derivación terrestre de más de tres horas, que podría haber sido fatal.
El ministro de Salud Pública de Tucumán, Luis Medina Ruiz, explicó que fue una decisión política y humana: “No importó de dónde era el niño. Se trataba de salvar una vida. Por eso se dispuso el traslado aéreo y se activó todo el protocolo de urgencia”.
En el hospital, el equipo médico ya estaba preparado para intervenirlo apenas aterrizó. La cirugía fue inmediata y logró controlar la hemorragia interna, estabilizando al niño. “Es un caso casi milagroso, pero fue posible gracias a la coordinación y a la decisión del gobernador de actuar rápido”, agregó Medina Ruiz.
La madre del niño, Evelin García, agradeció entre lágrimas: “Le pedí a Dios que me pusiera gente en el camino, y así fue. Al gobernador no le importó que seamos de Catamarca, le importó salvar una vida. Hoy mi hijo está de pie gracias a eso”.
Este operativo demostró que cuando hay voluntad política, compromiso humano y coordinación entre equipos sanitarios, se pueden salvar vidas más allá de cualquier frontera provincial.
