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Italia dejará de reconocer la ciudadanía por derecho: la reforma que impacta a miles en Argentina

El vicecónsul en Catamarca advierte que ya no se “reconocerá” la ciudadanía, sino que se “concederá”, con límites hasta la segunda generación.

Una reforma impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni en Italia podría dejar sin ciudadanía a miles de argentinos descendientes de italianos, especialmente en provincias como Catamarca, donde hay fuerte arraigo cultural y más de 5.000 personas ya cuentan con doble nacionalidad.

El Senado italiano ya dio media sanción a la modificación de la ley, que cambia radicalmente el criterio: la ciudadanía dejaría de ser un derecho automático y pasaría a ser una concesión del Estado.

“Estamos muy tristes con esta decisión del Parlamento. El Estado italiano ya no reconocerá, ahora concederá la ciudadanía”, alertó Pablo Vargiú, vicecónsul de Italia en Catamarca.

Hasta ahora, quienes podían demostrar su vínculo sanguíneo directo, incluso hasta la cuarta generación, eran automáticamente reconocidos como ciudadanos italianos. Con la nueva normativa, eso se restringiría a padres o abuelos italianos, y la ciudadanía se transformaría en una decisión del gobierno, no en un derecho adquirido.

“Antes vos cumplías los requisitos y te reconocían como ciudadano. Ahora el gobierno será quien decida si te concede la ciudadanía o no”, explicó Vargiú.

Además, se eliminaría la posibilidad de realizar gestiones desde los consulados con documentación digital: todo el proceso deberá hacerse en papel y en forma remota ante el Ministerio del Exterior en Italia, complicando aún más los trámites.

El cambio implicaría, por ejemplo, que los nietos de argentinos con ciudadanía italiana no podrían heredarla, a menos que el progenitor renuncie a su nacionalidad argentina y resida en Italia.

“Mis nietos no van a poder ser italianos. Para conservar la ciudadanía, tendrían que renunciar a la argentina y vivir allá”, ejemplificó el vicecónsul.

Vargiú detalló que el gobierno italiano busca frenar lo que considera un “abuso” del sistema. “Hay gente que tramitaba la ciudadanía no por sentimiento italiano, sino para ir a Estados Unidos o Europa”, dijo. También hay una fuerte presión por parte del Ejecutivo para reducir los costos consulares y descongestionar la Justicia, que ya tiene más de 60.000 causas activas por pedidos de ciudadanía.

Cualquier justicia colapsa si le presentan 60.000 causas. Esto también busca frenar eso”, explicó.

Uno de los aspectos más criticados es la desigualdad legal que generaría la reforma, ya que dos personas con el mismo bisabuelo italiano podrían terminar con situaciones totalmente distintas, dependiendo de si iniciaron o no su trámite antes del cambio.

“Vas a tener personas con los mismos abuelos italianos, pero una tiene ciudadanía y la otra no”, denunció Vargiú en diálogo con la prensa local.

La Cámara de Diputados italiana debe votar la ley la próxima semana. Si se aprueba, cambiará de forma estructural el vínculo entre Italia y su diáspora en América Latina. En Catamarca, donde el lazo cultural sigue firme, reina la preocupación.

“Hay familias enteras que estaban en trámite y ahora podrían quedar afuera. Es muy injusto”, lamentó el vicecónsul. Desde los consulados piden cautela y esperan el texto final para evaluar acciones.