La ciudad amaneció ayer con una densa capa de humo que afectó a varios barrios del sur, entre ellos Valle Chico. El origen: un incendio en la Planta de Tratamiento de Residuos, donde trabajan más de 250 personas organizadas en cooperativas.
Carlos Arias, referente de la Cooperativa Los Caminantes, explicó a la prensa que actualmente la planta cuenta con 150 asociados, además de otras 120 personas que integran distintas cooperativas que operan en el predio. “El incendio nos afecta nuestra salud y la gente que está cerca de la planta de tratamiento”, expresó con preocupación.
Según Arias, los incendios suelen originarse de forma intencional en el sector conocido como “área domiciliaria”, donde los camiones arrojan basura que proviene de los hogares. “Estos incendios son muchas veces por personas que ingresan a la planta a buscar en la basura o por malvivientes que entran a generar conflictos”, indicó.
El control del fuego lo realizan los mismos trabajadores, utilizando maquinaria pesada para remover tierra. “Es una situación que complica nuestro trabajo porque no podemos estar con incendios durante varios días”, explicó el trabajador.
Además del impacto en la salud, los trabajadores explican la complicada situación económica que atraviesan: “Se incrementó el volumen de gente que viene a buscar ropa, aluminio, para poder vivir y comer. Es una situación muy complicada. Hasta nuestros propios trabajadores buscan alimentos en la basura, porque la plata de hoy no alcanza”, lamentó.
Arias también hizo mención a la falta de controles médicos desde que la planta pasó a la órbita de la provincia. “Nos hacíamos el psicofísico anualmente, pero desde hace cinco años no sabemos lo que es un estudio para detectar problemas de salud”.
Desde hace cinco años, la cooperativa se hace cargo del tratamiento de los residuos en la planta, pero sostener la actividad se volvió cada vez más difícil. “El proyecto ahora es poder trabajar con la comunidad”, comentó Arias. La intención es que las cooperativas puedan salir a la calle a hacer tareas de recolección y separación de residuos.
Actualmente, las cooperativas brindan servicio a 10 municipios, pero este que ninguno paga por el trabajo. Antes el costo se realizaba mediante el reciclado, pero actualmente la situación es diferente.
El cambio de escenario llegó con la apertura de las importaciones, lo que provocó una fuerte baja el precio del material. "El kilo de cartón lo vendíamos a $220 y hoy lo vendemos a $50, mientras que el precio de las cosas aumentó. Nuestro sector está en quiebra total”, informaron trabajadores de la cooperativa.
A pesar de todo, las cooperativas siguen vendiendo materiales reciclables a Buenos Aires, Córdoba y empresas como Arcor. Sin embargo, Arias señala que todavía falta una política que garantice un valor agregado por trabajador. “Eso es lo que queremos buscar ahora”.
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