
El Papa Francisco dejó un mensaje póstumo lleno de esperanza y reflexión. En el prefacio del libro “En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez” del cardenal Angelo Scola, el pontífice argentino escribió: "La muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo inicio".
El texto, que será publicado el 24 de abril por la Libreria Editrice Vaticana, cobra una relevancia especial tras su reciente fallecimiento, convirtiéndose en una última reflexión sobre el sentido de la vida y la muerte.
En su escrito, fechado el 7 de febrero de 2025, Francisco profundizó en el valor de la vejez, destacando que no es un problema, sino una oportunidad espiritual y humana. A lo largo del texto, aborda cómo la experiencia de envejecer puede ser vivida con gratitud y esperanza, y cómo la disminución de las fuerzas físicas no debería restar valor a las etapas más avanzadas de la vida. "La pregunta no es si envejecemos, sino cómo envejecemos", reflexionó el Papa, resaltando que la vejez, bien vivida, puede convertirse en una etapa de sabiduría y experiencia.
El Papa también criticó la visión negativa del envejecimiento en la sociedad actual, a menudo vinculada a la obsolescencia y el descarte. En sus palabras, el término "viejo" debe ser reivindicado como sinónimo de experiencia, sabiduría y reflexión. "Decir ‘viejo’ no significa ‘ser desechado’", subrayó Francisco, desafiando las normas culturales que minimizan los valores asociados con la edad avanzada.
Uno de los puntos más emotivos de su escrito es la reflexión sobre el papel de los abuelos en las sociedades contemporáneas. El Papa destaca la importancia de los mayores para el desarrollo integral de los jóvenes y el equilibrio de la sociedad, ya que su sabiduría y ejemplo ofrecen una perspectiva profunda y perdurable. En este contexto, Francisco también hace una referencia teológica a las enseñanzas de Hans Urs von Balthasar y Joseph Ratzinger, recordando que el cristianismo es, sobre todo, un acto de afecto hacia Cristo.
El mensaje concluye con una evocación personal y simbólica del Papa, quien recuerda el momento en que se revistió con el hábito papal en la Capilla Sixtina en 2013, y expresa su deseo de reunirse con el cardenal Scola "con gran estima y afecto". El Papa deja, así, un legado de esperanza, fe y gratitud, incluso ante la vejez y la muerte.