El sueño común de las personas es tener un lugar seguro y propio llegada cierta edad. Sin embargo, ese anhelo se disipa o se prolonga debido a las continuas crisis económicas en Argentina que generan un clima de inestabilidad e inflación en el que es difÃcil proyectar.
Es en medio de esas dificultades que surgen nuevas opciones, entre ellas, la bioconstrucción se presenta como una alternativa interesante.
"Es una forma de hacer arquitectura en total respeto con el entorno natural. Particularmente me gusta más el término Bioarquitectura que es más abarcativo, en donde el objetivo principal es minimizar el impacto ambiental y aprovechar al máximo los recursos naturales del entorno. Es una manera de diseñar y construir espacios habitables que busca un equilibrio entre las personas, la naturaleza y la tecnologÃa", explicó a INFORAMA la arquitecta Erika Walter, que es además Tecnicatura Universitaria en Parques y Jardines, con posgrado en Bioarquitectura.
La especialista detalló que se trata de "un enfoque integral que considera el sol, el viento, el agua, la vegetación y la topografÃa como aliados del diseño arquitectónico" en el que no sólo se utilizan materiales naturales, sino que también se diseña considerando los flujos energéticos del entorno "aprovechando el sol para calefacción y energÃa, el viento para ventilación y generación de energÃa y el agua para captación y reutilización".
En este sentido, dijo que prácticamente cualquier tipo de edificación puede beneficiarse de la Bioarquitectura.
"Lo importante es adaptar las soluciones constructivas al clima, las caracterÃsticas del terreno y las necesidades de uso. Por ejemplo, una casa puede incorporar techos vivos para aislamiento y captación de agua de lluvia, o un edificio escolar puede orientarse para aprovechar la iluminación natural y reducir el consumo de energÃa. También el uso de materiales naturales como la tierra cruda (adobe, BTC, Tapial) que en Catamarca tiene muchos antecedentes históricos y es ampliamente utilizado en construcciones actuales en los departamentos de Antofagasta de la sierra, Andalgalá, Santa MarÃa y Tinogasta", comentó.
La diferencia principal entre construir una casa de manera tradicional y una con bioconstrucción está en el enfoque: "La construcción tradicional suele depender de materiales industriales que generan un alto impacto ambiental y requieren energÃa para climatización, mientras que la bioconstrucción optimiza recursos naturales y ofrece espacios más saludables".
Entre las ventajas que ofrece este tipo de construcción están:
- Confort térmico y ahorro energético (menos necesidad de climatización).
- Menor impacto ambiental.
- Materiales accesibles y, en muchos casos, más económicos.
- Integración con el paisaje y el entorno natural.
- Espacios más saludables, libres de quÃmicos.
Como desventajas pueden nombrarse:
- Requiere mano de obra calificada para asegurar la calidad y conocimiento acabado de las técnicas.
- Puede ser más lenta si usamos técnicas manuales.
- Algunos materiales necesitan mantenimiento especÃfico.
Otro de los temas más sensibles y que muchas veces inclinan la balanza entre una alternativa y otra es el costo de construcción.
"En términos de materiales, la bioconstrucción puede ser más económica al usar recursos locales. Sin embargo, el costo inicial de mano de obra especializada puede ser mayor. A largo plazo, el ahorro en energÃa y mantenimiento compensa la inversión inicial", aclaró la arquitecta.
Además, detalló que en Catamarca hay antecedentes históricos con el uso del adobe y que actualmente se está revalorizando el material en varios lugares de la provincia aunque a veces falta difusión o apoyo técnico para que la gente confÃe en estas técnicas.
"Pero yo la recomendarÃa totalmente, siempre y cuando se respete su técnica, su reglas y la manera correcta de utilizar: proporciones en el diseño, calidad del mampuesto, relación de alto y ancho de los muros, etc", acotó.
"Tiene sentido tanto cultural como ambientalmente. Catamarca tiene un clima árido, con grandes oscilaciones térmicas y la bioconstrucción puede ofrecer soluciones de confort térmico pasivo, aprovechando la inercia térmica de materiales como la tierra cruda y diseños bioclimáticos que reducen el uso de energÃa".
Erika Walter, arquitecta.
Señaló que en Catamarca hay una riqueza enorme:
- Tierra cruda: ya sea para adobes, tapial o BTC (bloque de tierra comprimida)
- Fibra vegetal: como paja para reforzar mezclas o techos.
- Piedra: ideal para cimientos.
- Caña o bambú: en algunas zonas, para estructuras o cerramientos.
- Madera local: En estructuras, techos y carpinterÃas.
Develó además, que la clave es aprovechar estos materiales de manera eficiente y combinarlos con técnicas modernas para garantizar su durabilidad y funcionalidad.
En cuanto al procedimiento, detalló que en principio tienen en cuenta el clima del lugar, asoleamiento, vientos, suelo, topografÃa, vegetación, y los recursos naturales con que se cuenta.
"Con esos datos se realiza un estudio para decidir sobre la mejor localización del edificio en el terreno, la orientación y ubicación de cada uno de los locales según sus necesidades de asoleamiento, iluminación, ventilación, visuales, etc. También se aplican estrategias para captar, almacenar y reutilizar el agua, como el tratamiento de aguas grises y negras", agregó.
Por otra parte, emplean estrategias bioclimáticas para aprovechar la energÃa solar y maximizar los recursos naturales. "Sistemas de calefacción solar, como muros trombe, invernadero, etc. El uso de materiales locales (tierra cruda, madera, piedra, caña, fibra vegetal, etc), es fundamental", sostuvo.
Por su parte, Pablo Fanuele optó por empezar con la bioconstrucción de manera autodidacta.
"TenÃa ganas de hacerme mi casa y ya me habÃan hablado de la posibilidad de hacerla de forma natural y empecé a averiguar y a tomar talleres, a aprender e investigar en el 2008 aproximadamente. Eran pocas las personas que hacÃan esto, las redes sociales no eran lo que son ahora, tampoco habÃa videos de Youtube asà que habÃa que viajar y visitar a personas que ya habÃan construido con esta técnica. Era todo muy experimental, de esa manera hice mi casa y me gustó tanto la construcción que me fui metiendo cada vez más", relató.
Tanto le agradó que luego puso su taller de oficio con bioconstrucción en la localidad de Londres, Belén, con el que luego realizó una cocina comunitaria, después otra casa y ahora cuenta con un equipo de trabajo y están desarrollando proyectos en El Shincal.
"Me llamaron amigos para que los ayude y asà empecé una construcción tras otra a mejorar la técnica que utilizaba y seguà capacitándome con albañiles, arquitectos y constructores, algunos de obra tradicional pero que me compartÃan sus consejos sobre técnicas", contó.
"La bioconstrucción en realidad es una construcción natural ancestral, que cada territorio conoce. Yo acá estoy construyendo pero no estoy haciendo nada nuevo, de hecho estoy aprendiendo muchÃsimo las técnicas de la zona".
Pablo Fanuele, autodidacta en biocontrucción
Fanuele explicó que elabora paredes con la técnica de adobe, aunque construye con otras también, además de los techos tradicionales de la zona, varas, cañizo, torta de barro y la argamasa que se pone arriba asÃ. Ahora hace una fusión de los conocimientos en una zona en la que dijo que se construye usualmente con adobe.
"Entre construir una casa con bloques y después tener que poner un aire acondicionado porque no trabaja bien con el calor y con el frÃo, es mejor hacerlo de adobe y economiza. Y también hay actualmente acceso a buenas terminaciones de revoque grueso y fino de pintura por lo que se pueden hacer muy lindas casitas de barro. Es un material muy noble y que conviene".
Pablo Fanuele, actualmente habitante de Londres
Pablo explicó también que hubo mala prensa sobre este tipo de construcciones asociando "los ranchos al mal de chagas y a la pobreza" en contraposición a la campaña positiva de los materiales modernos como ladrillo, bloque, cemento, hierros de uso convencional.
¿PodrÃa utilizarse la bioconstrucción para viviendas del IPV?
Los materiales del IPV suelen ser industriales, como bloques cerámicos o de hormigón. "Son prácticos, pero no siempre los más sostenibles ni adaptados al clima. Incorporar la bioconstrucción podrÃa mejorar el confort térmico de las viviendas, reducir el consumo energético y fomentar la economÃa regional al emplear materiales como la tierra cruda o la piedra local, eso harÃa viviendas más eficientes energéticamente y reducirÃa la huella de carbono de los proyectos", indicó Walter.
Además, dijo que podrÃa mejorarse estudiando más la localización y orientación de las viviendas según el terreno donde se implantan "ya que, al tratarse de prototipos estándar, tienden a tener poca adaptación al entorno".
Y que podrÃan implementarse sistemas de tratamiento de aguas y diseños que favorezcan la ventilación natural, reduciendo asà los costos operativos a largo plazo.
"De todas maneras, hay antecedentes de la SecretarÃa de la Vivienda que está construyendo en la Localidad de El Peñón, viviendas de adobe sobre cimientos de piedra y techos de madera y torta de barro. Se incorporan también calefones solares. Esas construcciones se están financiando por medio del Fideicomiso Salar del Hombre Muerto, en la que estoy como auditora", finalizó.