Londres, un municipio de la provincia de Catamarca, se prepara para recibir a más turistas con una serie de iniciativas que buscan transformar la región en un destino de atractivo turístico. El intendente Roberto Rodríguez destacó los avances en infraestructura, especialmente en la remodelación del balneario El Molino, que, con su inauguración durante el pasado Año Nuevo, dio un paso importante para el turismo local.
La renovada infraestructura del balneario incluye un parque acuático y 18 quinchos equipados con asadores, mesas y bancos, además de una nueva pileta de 55 metros de largo que fue ampliada por la unión de dos piscinas previas.
Según Rodríguez, la remodelación del balneario es solo la segunda fase de un plan integral que incluye paseos, cabalgatas y actividades de aventura como tirolesa. A tan solo unos meses de su inauguración, el balneario es un espacio clave para la recreación familiar, con un enfoque claro en brindar un ambiente de tranquilidad y disfrute sin excesos.
En este sentido, el municipio tomó medidas como la prohibición de la venta de alcohol y la limitación del volumen de música en vehículos dentro del predio, buscando mantener un ambiente apacible para todas las edades.
El intendente también adelantó las futuras incorporaciones al balneario, entre las que destacan cuatro toboganes que se instalarán para la próxima temporada, ampliando aún más las opciones recreativas. Rodríguez mencionó que la idea surgió después de visitar parques acuáticos en Córdoba y se mostró entusiasta por lograr lo que hasta entonces parecía impensable: "Hoy lo logramos", expresó en una entrevista, subrayando el éxito del trabajo conjunto con empresas locales y la participación de 50 personas que contribuyeron a la remodelación en un tiempo récord.
Además de las mejoras en el balneario, Londres está buscando optimizar la programación de eventos en el departamento, a través de un acuerdo entre los nueve intendentes de la región para evitar la superposición de actividades. Rodríguez explicó que la coordinación de los calendarios festivos permitirá una mayor afluencia de público y evitará la competencia directa entre los municipios. Este esfuerzo colaborativo se complementa con la regulación de los precios en gastronomía y alojamiento, buscando evitar abusos que empañen la experiencia turística.