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Encrucijadas del consumo digital: ¿la prohibición puede contener algo tan avasallante como las redes sociales?

La Lic. en Psicología Carolina Álvarez, Integrante del Fórum Infancias Catamarca, habló con INFORAMA sobre este tema tras la aprobación en Australia de una ley pionera en la materia.
Por Redacción Inforama

Australia aprobó la semana pasada una ley que prohíbe la utilización de las redes sociales a menores de 16 años, con el objetivo de prevenir riesgos de salud mental y adicciones entre jóvenes de ese rango etario.

La reglamentación, impulsada por el primer ministro Anthony Albanese, busca frenar lo que él considera un “vínculo claro” entre el uso de las plataformas digitales y los problemas de salud mental que afectan a los jóvenes de aquel país y que provoca efectos similares en el resto del mundo. De esta manera, la responsabilidad de tomar medidas que garanticen las protecciones fundamentales ahora recaería en las plataformas y no sólo en los cuidados que puedan llegar a tener los progenitores.

Esta normativa contempla multas de hasta 30,7 millones de euros (32,1 millones de dólares) para plataformas que la infrinjan. Sin embargo, de acuerdo con Página 12, la ley aún no entrará en vigencia ya que se espera que las plataformas implementen un sistema para verificar la edad de los usuarios a mediados de 2025, por lo que recién será aplicable dentro de un año.

Lo que iría en consonancia con el pedido de Meta y Google, quienes habrían solicitado retrasar la norma hasta que el Gobierno australiano acabe con las pruebas tecnológicas de verificación de la edad para poder aplicar la ley.

Al respecto, la Lic. en Psicología Carolina Álvarez (M.P. 121) Integrante del Fórum Infancias Catamarca, dependiente de la Red de Fórum Infancias Federal dijo a INFORAMA que es "valorable" que un Estado piense en la salud de niños/as y adolescentes.

Sin embargo, consideró que podría ser "un poco simplista ante una situación muy compleja como el consumo digital, pensar que una prohibición pueda contener algo tan avasallante como son los dispositivos integrados en la vida familiar de todas las personas, todas las edades”.

La psicóloga Carolina Álvarez muestra cierto escepticismo en la implementación de una normativa de este tipo.

Su mirada está en consonancia con varios expertos en salud mental y derechos digitales, quienes advirtieron que la prohibición podría tener efectos secundarios no deseados, provocando reparo en ciertos ámbitos de la sociedad.

“También responde ante la ausencia de quienes tendrían que hacerse cargo, que son los padres y los referentes vinculares importantes, que deberían estar atentos a las tecnologías y los consumos problemáticos digitales”, aclaró.

La presencialidad o la virtualidad podrían influir en la forma de resolver conflictos interpersonales.

La licenciada mostró además escepticismo en cuanto a su implementación. “Me parece difícil, pero creo que es un intento de solución ante el avasallamiento tremendo que tiene la digitalización en los integrantes de la familia, y cómo los vínculos presenciales se van perdiendo a través de lo digital”.

A pesar de las dudas, los esfuerzos por contener de alguna manera el avance tecnológico en la psiquis se viene tomando en distintas partes del mundo. La Comisión Europea abrió una investigación a Tik Tok para saber cómo protege a los menores de edad y qué vínculos existirían entre los algoritmos y posibles adicciones.

El Reglamento Europeo establece como edad mínima para usar cuenta de redes sociales los 16 años, pero permite que los países miembros puedan establecer sus límites, siempre a partir del piso de los 13 años.

Estados Unidos, pese a ser un país a la vanguardia en los avances tecnológicos, ya tiene movidas similares. Por ejemplo, en Nueva York se firmó en 2024 una ley que exige el consentimiento paterno para que los menores de 18 usen “los hilos adictivos”, que se basan en algoritmos de recomendación. También emitieron otra normativa que limitó la posibilidad de recopilar datos de niños y adolescentes, de acuerdo con Infobae.

Álvarez sugirió otro modelo como el que se aplicaría ya en Finlandia, que es la desdigitalización de la educación: “Volver de nuevo a los libros como una forma de que los espacios escolares puedan tener contacto con la lectura a través del papel físico”.

Catamarca se maneja aún con cierta prescindencia de la tecnología, aunque el Gobierno provincial impulsa el camino hacia la innovación digital en las aulas. Aquí, dijo la licenciada, se debe considerar la idea del equilibrio.

“No necesitamos una ley como esta para repensar el uso de los dispositivos digitales dentro de un ámbito escolar o recreativo. Ya sabemos que son herramientas valiosas e innovadoras, pero el tema son los excesos y los límites que los adultos deben poner”, apuntó.

“Si llegamos a la idea de la prohibición, tiene que ver con esta situación de que la tecnología ocupa todos las esferas de la vida. Y los niños están como absorbidos por lo digital y todo lo derivado que viene con esto, como el consumo problemático de juegos online, apuestas. El acceso a todo sitio sin límite de edad ni información”, expresó a este medio.

Varios países como los de Europa del Este plantean alternativas como volver a los libros en las aulas, explicó la licenciada.

Sí ve aspectos positivos, como la posibilidad de proteger a los niños de “las peleas de Whatsapp”. “Se pelean allí al subir fotos, hacen bromas o incluso bullying virtual. Antes, las peleas de los niños se resolvían de otra forma, se enojaban al rato se amigaban y ya estaba todo bien porque estaban todos en el mismo sitio y lo presencial no tiene tanta resonancia y no tenía repercusión como lo tienen en un grupo de Whatsapp”, detalló sobre experiencias que involucraron a criaturas de menos de 12 años.

“No se debe reemplazar a los padres por Google. Cuando no sabemos nada vamos a Google, pero mientras tanto que sea el padre o la madre el referente vincular que acompañe a los niños”.

Psicóloga Carolina Álvarez Integrante del Fórum Infancias Catamarca.

Finalmente, Álvarez reiteró la dificultad que presenta una medida como la del país oceánico: "Dudo que la prohibición pueda llegar a ser tan resolutiva y tener un resultado satisfactorio para esta situación compleja, donde hay varias aristas que confluyen para que estén los niños muy inmersos en la tecnología”.