Un hombre deberá responder en juicio por delitos de “amenazas coactivas (hecho nominado primero)” y “homicidio doblemente calificado por mediar una relación de pareja y por mediar violencia de género - femicidio- en grado de tentativa (hecho nominado segundo)”, todo en concurso real y en calidad de autor. La fiscal de Violencia Familiar y de Género, Ruth Alejandra Antonino, culminó la etapa de investigación penal por hechos que ocurrieron entre el 15 y 16 de diciembre del 2023 en la zona sur y oeste de la ciudad Capital. En uno de ellos el imputado, de quien se reserva el nombre para reservar la identidad de la sobreviviente, realizó reiteradas amenazas por mensajes de textos a la víctima, su ex pareja. En los mismos la agredió con insultos y en los que incluyó amenazas de muerte. El segundo hecho lo perpetró en la madrugada del 16 de diciembre cuando el sindicado se presentó en el domicilio de la víctima, quien cursaba siete meses de embarazo, a bordo de su moto y mediante mensajes de texto con amenazas la obligó que a saliera a atenderlo. Luego la amenazó para que subiera en la moto y la trasladó hacia la zona oeste. Adentrándose por una calle de tierra, hasta llegar a un descampado oscuro, alejado de transeúntes la tiró al pisó y la golpeó ferozmente. El ataque se vio interrumpido cuando el sujeto escuchó el ruido de una motocicleta que se acercaba. A fin de dar continuidad a su propósito violento, la tomó del brazo y la obligó a subir de nuevo al rodado y la trasladó hacia la zona alta de la ciudad y en un sector rodeado de vegetación detuvo la marcha de la motocicleta y volvió a golpearla fuertemente. Todo terminó por el arribo de la policía que fue alertada por transeúntes que escucharon los gritos de auxilio de la víctima. El sujeto fue arrestado, luego en base a los elementos de prueba reunidos en la investigación, imputado y se avanzó en el proceso de la causa.
Entre sus fundamentos la fiscal Antonino señaló que “corresponde ponderar, que los hechos de autos, se dieron en el contexto de una relación de pareja, cuya historia estaba signada por violencia de género, es decir, caracterizada por una dinámica violenta y sistemática, en la que primaba una relación de poder de tipo asimétrico, en la cual el imputado asumía un rol dominante y de control, al que la víctima respondía de manera sumisa y sometida, naturalizando y minimizando la violencia, sin poder sustraerse del ciclo de la violencia. Asimismo, corresponde destacar, que el juzgamiento y castigo a los hechos de violencia constituye un imperativo ético y legal que, como operadores judiciales, nos obliga frente a las víctimas y a la sociedad. (…)”. La medida fue notificada a las partes.