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En el “día de los Fieles Difuntos”, el Obispo bendijo el primer cinerario de Catamarca

Durante la lluviosa tarde del sábado 2 de noviembre, día en que la Iglesia conmemora a los fieles difuntos, el obispo diocesano Mons. Luis Urbanč bendijo el primer Cinerario de Catamarca, que está emplazado en el Santuario de la Gruta de la Virgen del Valle, más precisamente en el Patio de la Cruz, donde finaliza el Camino del Peregrino.

La ceremonia se llevó a cabo luego de la Santa Misa presidida por el Obispo y concelebrada por el padre Santiago Granillo, rector del Santuario, en la Capilla del Santísimo ubicada en el subsuelo de este lugar sagrado donde fue hallada la imagen de la Madre Morena, debido a la copiosa lluvia que caía en la ciudad.

En su homilía, además de reflexionar sobre la Palabra de Dios escuchada, Mons. Urbanč se refirió al Cinerario como “un lugar donde se van a poder depositar las cenizas de nuestros difuntos”, y comentó que “durante la pandemia ha surgido esta práctica de la cremación y continúan con este criterio. Hay muchas personas que antes de que se realizaran estos arreglos, dejaban en medio las piedras las urnas con las cenizas de sus seres queridos. Ahora tenemos un lugar digno detrás de la Cruz Mayor”.

Destacó que “este Cinerario es el primero en toda la provincia, y hemos pensado que sea acá, en la Gruta, que significa tanto para la devoción del catamarqueño y también de personas de otras partes que han manifestado su deseo de depositar sus cenizas acá. Hay que gente que pide que cuando se muera la cremen y sus cenizas descansen al lado de la Virgen; se les va a respetar esa voluntad”. En orden a esta práctica, dijo que “hay un protocolo que se hizo de cómo va a funcionar, y se dará constancia de que se dejó cenizas de la persona y se va a ofrecer la Misa”.

También expresó que “en este espacio podremos valorar que aquellos que depositan las cenizas de un ser querido acá, realmente puedan cultivar su fe, generar un vínculo con esos difuntos y rezar por ellos, y también uno mismo prepararse convenientemente para la hora en que el Señor nos pida cuentas de lo que hemos hecho en este mundo por donde hemos ido caminando”.

“Que el Señor nos ayude en este camino y que conceda el eterno descanso a nuestros familiares, amigos, bienhechores difuntos, para que gocen de la presencia de Dios”, rogó.

Luego de la celebración eucarística, el pastor diocesano invitó a los fieles presentes a dirigirse hasta el Patio de Cruz, donde procedió a la bendición del Cinerario, bajo la serena llovizna de la jornada.

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