La Oficina del Presidente anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como parte de un proceso de reducción del Estado y eliminación de estructuras ineficientes. En su lugar, se creará la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que promete ser un organismo más ágil, eficiente y menos costoso.
Esta reestructuración implicará una reducción del 45% en las autoridades superiores y un 31% en los niveles inferiores de la administración, lo que se traduce en un ahorro anual de 6.400 millones de pesos. Además, se procederá a la desvinculación de 3.155 agentes que ingresaron de manera irregular durante el último gobierno kirchnerista, lo que representa el 15% de la dotación actual de la AFIP.
Como parte de la reforma, se eliminará la Cuenta de Jerarquización para altos cargos, lo que reducirá significativamente los salarios de los directivos de la nueva ARCA. La titular del organismo, Florencia Misrahi, junto con Andrés Gerardo Vázquez y José Andrés Velis, nuevos responsables de la DGI y la DGA respectivamente, estarán al frente de esta transformación que busca erradicar la burocracia innecesaria y mejorar la recaudación y el control aduanero.
El objetivo central de esta medida es optimizar la gestión pública, eliminar privilegios del pasado y fomentar una administración más profesionalizada y eficiente, alineada con la libertad económica y comercial de los argentinos.