La "Operación Kaerb" fue impulsada por la titular de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°10, Paloma Ochoa, y el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), Horacio Azzolin.
La operación, que se desarrolló con la colaboración de agencias policiales y ministerios públicos de España, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, resultó en al menos 17 detenciones, cinco de ellas en Argentina. El presunto líder de la red es un santafesino con antecedentes por ciberdelitos.
La organización operaba a través de la plataforma digital iServer, un modelo de "crimen como servicio" donde se ofrecían herramientas y recursos ilegales a otros grupos delictivos. Los "desbloqueadores" pagaban una cuota mensual para acceder a técnicas de phishing que les permitían obtener credenciales de acceso a dispositivos robados.
A través de mensajes engañosos, las víctimas eran llevadas a sitios web falsos donde ingresaban sus datos personales, lo que facilitaba el desbloqueo y la reventa de los teléfonos.
Durante los operativos, se realizaron 28 allanamientos en seis países, incautando 921 elementos, incluyendo 696 celulares de alta gama, computadoras, vehículos y armas de fuego. Además, se identificaron aproximadamente 483,000 víctimas, con México, Chile y Colombia a la cabeza de los países más afectados.
Con la desarticulación de la red y la baja del servicio de la plataforma iServer, se dio un importante paso en la lucha contra la ciberdelincuencia en la región, que había generado ingresos estimados en más de 250,000 dólares anuales. Las investigaciones continúan para localizar al sexto imputado que permanece prófugo.
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