La diputada provincial, Stella Beatriz Nieva (FdT), presentó un proyecto de ley que busca prohibir el uso de teléfonos celulares a los estudiantes en los establecimientos educativos de nivel primario, públicos y privados en toda la provincia.
Entre los fundamentos se encuentran la distracción y molestias que causan, además de “restar eficacia al dictado de las clases, irrumpiendo de esa manera a alumnos y docentes y produciendo por ende trastornos en el aprendizaje”.
La iniciativa reconoció el enorme avance que conlleva la tecnología digital y los consecuentes cambios en la forma de relacionarse, interactuar y de aprender, sin embargo, enfatizó “que acarrea riesgos ineludibles”.
Por ese motivo, pretenden evitar los “machetes electrónicos” o la posibilidad de conseguir por celular las respuestas de un examen. Asimismo, procura evitar la miopía en edades tempranas debido al “trabajo con visión cercana entre los que se incluyen el uso de teléfonos celulares, tabletas y también libros”, o patologías de salud mental como la ludopatía.
El proyecto también remarcó la necesidad de no fomentar el aislamiento en “contextos donde no hay motivos para restringir el contacto personal”.
El texto especifica que la utilización de los dispositivos tecnológicos en el nivel primario deberá ser sólo de forma excepcional y bajo los siguientes criterios:
- Ser parte de un proyecto pedagógico que fundamente su uso.
- Ser comunicado a las familias y contar con autorización de las mismas.
- Tener autorización de las autoridades del establecimiento.
- Estar expresamente incluido en el Diseño Curricular de la Educación Primaria.
- Comunicar a las familias la planificación de contenidos, duración del proyecto, plazos y horarios específicos en los cuales se utilizarán estas herramientas.
“El uso de tecnologías digitales en los procesos de enseñanza ofrece enormes posibilidades, pero también que esa metamorfosis no siempre conlleva efectos positivos”.
Stella Nieva, diputada provincial
De esta manera, buscan garantizar una formación adecuada para que “dicha herramienta sea parte integral del proceso de aprendizaje y no un mero instrumento para el que se adquieren conocimientos pragmáticos que nada aportan a la formación integral”.
Como ejemplos, mencionó el caso de Madrid, que elaboró un borrador de normas de convivencia que incluyó la prohibición del uso del celular en clase y la expulsión de alumnos que graben o difundan agresiones o humillaciones.
Por su parte, “Italia, uno de los países con más celulares per capita, está prohibido su uso. En Chile, las normas sobre el uso las fija cada escuela, sin embargo los docentes exigen que los chicos no usen los celulares en clase y perturben”.
En ese sentido, recomendó elaborar instrucciones, protocolos, y otras medidas que sean pertinentes para la iniciativa.