El financiamiento universitario exhibió una caída mayor a 120 puntos en el primer semestre del año aunque se haya completado la mayor parte de su ejecución, por lo que alertan que si no se amplía “será imposible afrontar las necesidades de las universidades en lo que queda del año”, según un informe del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC) de CONADU.
El análisis reveló que “en los primeros seis meses de 2024, las universidades nacionales recibieron del Estado 1.351.829 millones de pesos”, lo que implica “un 152,8% más que lo que obtuvieron en los primeros seis meses del año pasado”, pero “esa variación queda muy rezagada frente al promedio interanual de inflación, que alcanzó los 276,4 puntos”.
De esta manera, se observa que en la primera mitad del año, el financiamiento universitario quedó 123,6 puntos por debajo de la variación de precios durante dicho periodo. En cuanto al destino de los fondos, el estudio muestra que se incrementó la proporción de los fondos destinados a los Salarios con respecto al mismo período del año pasado (de 89,7% a 90,9%), y se redujo la participación del resto de las actividades, en particular los Gastos de Funcionamiento (de 6,7% a 6,4%).
La caída del presupuesto se profundizó en junio, ya que “las casas de estudio perdieron incluso más en relación a la inflación”, a raíz de que “en esos 30 días, recibieron poco más de 364.800 millones de pesos, solo un 106,3% sobre junio de 2023, frente a una inflación de junio a junio de 271,5%, lo que constituye un atraso de 165,2 puntos por detrás de ese índice”.
El informe recordó que “como ocurre en otras áreas del Estado, las universidades poseen el presupuesto prorrogado de 2023, que solo se incrementó en un 1,6% durante los primeros seis meses”, advirtiendo que “esa escasez hizo que el nivel de ejecución sea casi completo, lo que augura que será imposible afrontar las necesidades de las universidades en lo que queda del año”.
En este sentido, indicó que “el nivel de ejecución de las transferencias a UUNN de la Administración Pública Nacional al finalizar el mes de junio del presupuesto disponible fue de 93%, superior al promedio de los años 2015-2023 (51%)”.
Al respecto, señaló que “este alto nivel de uso del crédito, para esta altura del año, explica la necesidad de ampliar el presupuesto anual, dado que el saldo sin ejecutar es notoriamente insuficiente para cubrir las necesidades presupuestarias de los próximos meses”.
Al detallar los recortes dentro del financiamiento, el reporte aportó que “se redujeron a cero las transferencias de otras jurisdicciones que no sean el Ministerio del Capital Humano (es decir, por donde pasan los fondos de la Subsecretaría de Políticas Universitarias); se ajustaron en miles de millones los montos dedicados a Actividades de Ciencia y Técnica, Institutos Tecnológicos, Proyectos Especiales y Hospitales Universitarios y los fondos para becas tuvieron una caída real de nada menos que el 61%”.
Asimismo, desde el IEC estimaron que “de persistir esta tendencia, al concluir el año se habrá destinado a la educación universitaria tan solo el 0,24 por ciento del Producto Bruto Interno, el valor más bajo de las últimas décadas (a título ilustrativo: en los últimos años estuvo en torno al 0,70%)”.