Desde ayer por la tarde, la imagen réplica de la Virgen del Valle luce el manto confeccionado para esta 53° edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, cuya apertura está prevista para este viernes 12.
El vestido y el manto fueron realizados en el Taller de María, gracias a la donación de materiales de muchos creyentes.
El padre Gustavo Flores, rector de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, bendijo las prendas y a quienes trabajaron en su confección como también a todas las personas que contribuyeron para su realización.
El manto fue inspirado y pintado por Marta Rut Carrizo y Cira Norte, y bordado con 1.000 cristales por Estela Rodríguez, Laura Soria e Irene Pereyra, y armado y cocido por Graciela de Carrizo.
Descripción
Sus autoras dieron a conocer la descripción de la prenda que vestirá la Patrona de Catamarca y Patrona Nacional del Turismo durante las jornadas de la principal fiesta artesanal y cultural de Catamarca.
En este sentido, dijeron que el diseño del patrón de bordado del manto fue un proceso largo de muchas ideas, en las que se quería expresar el amor y la presencia de Jesús y María en la naturaleza creada por Dios para el Hombre.
La primera idea que surgió según contaron, es la de la rosa de los vientos, la brújula, el horizonte seguro que muestra María en su Fiat: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, Lc 1, 26-38.
Según explicaron las autoras del diseño, en la diversidad de flores y aves está significado que el ser humano es un mundo de posibilidades y de realidades, de lo que somos y de lo que podemos ser: "No estamos acabados en este mundo, nos vamos haciendo en el andar. Y ese hacernos exige la comunión, primero con Jesús, quien conduce a la comunión con los hermanos y hermanas en la fe. Fuimos creados para ser felices, que es nuestra principal tarea, y la felicidad se logra en el amor, relataron. Jesús dijo: `Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida' , Jn 14,6. Su Palabra es la brújula para aquellos que se sienten perdidos, en Él se encuentra la esperanza e inspiración para seguir al corazón y el camino correcto".
En las mariposas está figurada de algún modo la mujer, que tiene el don de la maternidad. "Está hecha para dar vida y transformar vidas; para hacer crecer el amor; para superar y hacer superar barreras que parecen imposibles. Dios quiso tener una Madre, depender de ella para existir. De ahí la grandeza enorme de ser mujer. María llevó esta condición a lo más alto. Ella como esposa dejó todo para viajar con José, sólo con lo puesto y algunos víveres para el camino. Tuvo a su hijo Jesús en el lugar más humilde, sin lujos sólo con el abrigo que le brindó un pesebre; qué ejemplo más grande de despojo material para proteger la vida. Y lo más difícil, estuvo firme al pie de la Cruz sosteniendo a su Hijo", detallaron.
Por su parte, el vestido blanco de la Virgen lleva el símbolo de la congregación mariana, que está compuesta por fieles laicos dedicados a honrar a la Virgen María y seguir su ejemplo de vida cristiana.
María del Valle de Catamarca con las manos juntas y entrelazadas con el pueblo es símbolo de abnegación y de la renuncia personal en aras de un bien mayor.
"Ella con su abnegación, sacrificio, compasión y servicio a los demás, demostró una actitud desinteresada y generosa en acciones y decisiones. Embarazada fue a ayudar a su prima Isabel que también estaba en cinta. La empatía es el signo de que fuimos transformados por el Amor. Salir de sí mismos para ver al otro y ponerse en su lugar", expresaron.
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