La condena de 18 años de prisión para Ariel Aragón, acusado del homicidio de Gonzalo Moreno durante una balacera en Las Mil Viviendas, generó reacciones negativas tanto dentro como fuera de los tribunales. La jueza Nancy Corina Pérez dictaminó esta sentencia, que los familiares de la víctima consideraron insuficiente para el crimen cometido.
Al conocerse el veredicto, la sala de audiencias se llenó de tensión. Familiares de la víctima expresaron su furia, calificando la pena como menor a lo esperado y protagonizando disturbios. Uno de los momentos más peligrosos se produjo cuando intentaron prender fuego a un contenedor.
Además, un tío de Gonzalo Moreno lanzó una grave amenaza: "Quieren otro muerto, va a haber otro muerto porque Gonzalo no se va a ir solo".
Todo esto ocurrió en las afueras del tribunal, totalmente vallado, ubicado en la avenida Colón. Familiares y amigos de la víctima ocuparon un carril de la vía, interrumpiendo el tránsito. La Policía se vio obligada a intervenir para mantener el orden y prevenir que los manifestantes se acercaran a la unidad de traslado de Aragón.
En medio del caos vial, un automóvil embistió a una motociclista. La situación generó más tensiones y la Policía tuvo que reforzar su presencia para asegurar que no se produjeran más altercados.
El fiscal penal juvenil Guillermo Narváez había solicitado una pena de 26 años de prisión para Aragón, mientras que la querella abogaba por una condena aún mayor, de 33 años y cuatro meses, el máximo permitido por ley. La defensa, por su parte, propuso una condena de 10 años y ocho meses, argumentando factores atenuantes.
La decisión final de la jueza Pérez de imponer 18 años de prisión efectiva provocó un ambiente de descontento. El hermano de Gonzalo Moreno, visiblemente afectado, expresó su indignación diciendo que la condena era como si hubieran “matado un perro”.
Este mediodía, mientras se leía la sentencia, la seguridad dentro y fuera del tribunal se volvió una prioridad. Las fuerzas de seguridad establecieron un perímetro con vallas para contener a los manifestantes, quienes exigían una pena más severa para el acusado.