Las bajas temperaturas de los primeros días de mayo han tenido un efecto dominó en la industria floral del norte del país y Buenos Aires. La ola de frío impidió que las flores alcanzaran su plenitud, provocando una escasez que ha llevado a un aumento significativo en los precios.
Con la llegada del “Día del Padre”, una fecha clave para el comercio de flores, los consumidores se enfrentaron a precios exorbitantes. Las flores se vendieron entre $2000 y $3000 y un ramo desde $7000 pesos, afectando considerablemente el bolsillo de quien fue a visitar a un ser querido en el cementerio.
Los floristas han salido al paso para explicar la situación, subrayando que el sector no atraviesa su mejor momento económico. En particular, los floristas del cementerio Fray Mamerto Esquíu en la capital expresaron que, a pesar de las circunstancias adversas, hubo ventas. Sin embargo, enfatizaron que el aumento de precios no es una decisión propia sino una consecuencia directa del clima atípico.