Este conflicto se desató tras la exposición de preocupaciones por parte de la directora del establecimiento educativo local, Eloísa Bulacios. La falta de energía eléctrica y agua potable, que afectan tanto a la institución como a la comunidad en general, generó una creciente inquietud en la población.
Según Bulacios, los problemas se agravan debido a las conexiones clandestinas en los asentamientos cercanos y la falta de mantenimiento en la infraestructura eléctrica.
La escuela y la comunidad dependen de una bomba eléctrica instalada junto a un antiguo molino para su abastecimiento de agua, lo que se ve comprometido por la falta de suministro. Además, la directora destacó que la escuela se ve obligada a hacer malabares con el uso de la energía, teniendo que apagar ciertos equipos para poder utilizar otros debido a la insuficiencia eléctrica.
Tras hacerse pública la situación, una cuadrilla de la Empresa Energía de Catamarca arribó al lugar. Gabriel Molina, del área de control de pérdida de la SAPEM, confirmó que el transformador es apto para abastecer al establecimiento, pero que la problemática se origina por las conexiones clandestinas, lo que provocó la sobrecarga y las interrupciones constantes en el suministro eléctrico.
En medio de esta situación, vecinos de Antapoca impidieron que el personal de la Empresa Energía de Catamarca se retire del lugar, después de haber desarticulado las conexiones clandestinas. Incluso llegaron a amenazarlos con quemar los vehículos de la empresa si quitaban las conexiones. La tensión en está en aumento, mientras la comunidad busca soluciones a sus problemas de suministro eléctrico y de agua potable.