La Dra. Érica Saccher Maione, Jueza de Familia en el Juzgado Nº 1 de la provincia, habló sobre la adopción por integración a través de una triple filiación, otorgada en favor de un niño que tiene dos papás y una mamá.
“Esta familia hermosa (…)trajo al juzgado una historia de amor que nos ha conmocionado y emocionado a todos. Creo que así debía ser reconocida en base al principio de realidad, ya que el amor muchas veces crea estos lazos que llamamos de socio afectividad, lo cual tiene un peso muy significativo y debe ser reconocido”, sostuvo la Jueza.
Sin embargo, explicó que la decisión implicó un “desafío” ya que existe una norma que determina que una persona no puede tener más de dos vínculos filiales, pero lo resolvió basándose en la jurisprudencia ya que “hay varios precedentes donde se reconoce que en virtud del amor, una persona puede sentirse perteneciente a más de una familia”.
“Por eso, se reconoce este derecho que también comprende no solamente el sentirse hijo, sino también el derecho a la identidad y aportar un apellido que nos identifica a una determinada familia”, agregó Saccher Maione.
En el caso puntual, comentó a INFORAMA RADIO, que se trató de un adolescente que vivió desde bebé con el padre del corazón pero que siempre llevó el apellido de su padre biológico, con el que también tenía vínculo.
Es así que, el niño “no quería cortar el vínculo que tenía, pero era tan fuerte el lazo de amor que lo unía a su papa del corazón porque era el papa que lo había criado, le había enseñado a caminar, a andar en bici, lo llevaba al médico, a la escuela, que le daba tanto amor todos los días. Entonces, eso tenía que ser indudablemente reconocido (…) y no hubo objeción de la otra parte”, expresó la Jueza. El chico portará el apellido biológico, porque así lo conocen en la escuela y en su entorno.
“No podía ser de otra manera. El principio de realidad se imponía, por lo que también resultaría una injerencia arbitraria en la vida de ese adolescente y de esa familia decidir lo contrario”.
Érica Saccher, Jueza de Familia
Con esto, la jueza dijo que el proceso se llevó a cabo con un equipo de asesoras de menores, con una psicóloga especialista y con un trabajo interdisciplinario que priorizó escuchar al niño y “ver realmente cómo estaba”. “Es una obligación para nosotros, para el juzgado y para todo el equipo, está dispuesta en el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño, el ser oído y tenida en cuenta su opinión”, manifestó.
Pidió que así como los jueces tienen en cuenta esto, los padres y toda la sociedad debería respetar este principio. Saccher explicó además, que no hay ningún inconveniente en que el chico “se presente no una vez, sino las veces que sea necesario, porque es su derecho. Y así se lo hacemos saber también cuando mandamos una notificación con lenguaje amigable, invitándolo a la audiencia, para que podamos tener en cuenta ese superior interés”.
La magistrada comentó que este fue el primer caso en el que ella intervino aplicando una “adopción de integración”, el cual es un instituto que se utiliza para reconocer un vínculo de filiación con el hijo de la pareja de la otra persona, pero con la particularidad que en este caso se mantuvo la afiliación biológica del papá anterior. “Por un lado era la adopción de integración propiamente dicha y por otro lado reconocer esta triple afiliación”, aclaró.
Finalmente dijo que este menor no había visto vulnerado sus derechos en algún sentido. “Todo lo contrario, desde bebé se encontraba en una familia muy bien constituida, con muchísimo amor, inclusive la familia de este papá del corazón lo habían adoptado también a él como un integrante más”. Pero remarcó que otros casos de menores a la espera de adopción registran situaciones de interseccionalidad, es decir, “una confluencia de vulnerabilidades” en razón de la edad, madurez física y psíquica. Y donde la violencia, la discapacidad y situaciones de este tipo están muy presentes.
“Y donde tenemos que realizar un escrutinio, un estudio mucho más estricto de la situación para poder restituir esos derechos”, finalizó.