En un nuevo capítulo del conflicto salarial que afecta al sector policial, la ministra de Seguridad, Fabiola Segura, mantuvo una reunión de emergencia esta tarde con el jefe de Policía, Ulises Córdoba, y otros representantes. El objetivo era evitar posibles manifestaciones ante el creciente malestar por los supuestos incumplimientos del gobierno. Sin embargo, alrededor de las 18 horas, inició una protesta frente a la Casa de Gobierno por parte de los efectivos policiales.
La manifestación se produjo después del fracaso de las negociaciones con el Gobierno. Tanto policías en actividad como retirados y familiares se congregaron frente al edificio gubernamental para expresar su indignación por la falta de avances en las conversaciones que ya llevan 3 meses. Aseguran que, a pesar de designar a la ministra Segura como interlocutora, nunca fueron recibidos ni se resolvieron sus problemas.
El detonante de la protesta fue la recepción de los recibos de sueldo, que reflejaban un salario de $370.000 para el personal que menos cobra, en lugar de los 400.000 que se habían prometido en el acuerdo anterior.
Esta situación provocó una nueva ola de indignación entre los uniformados, quienes aseguran que fueron maltratados al solicitar una reunión con la ministra Segura. Además, denunciaron que se les confiscaron los celulares y que se aplicaron medidas para evitar su participación en la protesta.
Anteriormente, ante la ausencia de la ministra Segura en una reunión prevista con el secretario de Seguridad, los agentes se dirigieron esta mañana a la Casa de Gobierno y amenazaron con iniciar un acampe por tiempo indeterminado. Sin embargo, a las 14 horas, se emitió una orden desde la superioridad prohibiendo la salida del personal de las comisarías, con el fin de evitar que se sumen a los reclamos.
En diálogo con INFORAMA, los manifestantes expresaron su descontento y frustración respecto al proceso de diálogo con las autoridades gubernamentales. Uno de los protestantes afirmó que "ha sido un fracaso" y que, a pesar de las órdenes del gobernador de formar una mesa de diálogo, nunca lograron establecer un contacto efectivo con los ministros responsables.
Respecto a los salarios de los policías, destacaron la expectativa generada por un acuerdo previo que prometía elevar el sueldo mínimo a $400.000. Sin embargo, según el testimonio del entrevistado, las cifras reales distan considerablemente de lo acordado. "El mínimo nunca fue 400, era 390", afirmó, agregando que, tras la aplicación de ciertos artículos, el salario mínimo se redujo a $370.000.
Se denunció también la falta de acceso a las reuniones de diálogo, ya que los manifestantes son obligados a depositar sus teléfonos celulares en una caja antes de ingresar, dejándolos incomunicados durante las negociaciones. Esta medida, según señalaron, dificulta la posibilidad de obtener pruebas y evidencias de las conversaciones.
Ante la falta de avances en las negociaciones, los manifestantes anunciaron su decisión de mantenerse en protesta y exigir que ningún miembro de la fuerza de Seguridad gane menos de $770.000, una cifra que consideran necesaria para superar la línea de pobreza. Asimismo, confirmaron su intención de mantener la protesta hasta que el gobernador los reciba y atienda sus reclamos.
A pesar de las dificultades, los manifestantes destacaron el creciente apoyo recibido por parte de la comunidad, tanto de los jubilados como del personal en actividad, quienes están enviando a sus familias para sumarse a la protesta. Además, denunciaron intentos por parte de las autoridades de obstaculizar la participación de los trabajadores activos en la protesta.
Los manifestantes expresaron su determinación de mantenerse firmes en su reclamo y su compromiso de continuar la lucha hasta obtener una respuesta satisfactoria por parte del gobierno. "Estaremos mañana martes, estaremos el primero, sí, seguro vamos a estar hasta que nos reciba", afirmaron.