Este día cargado de simbolismo y tradición, marca el comienzo de la Semana Santa y da por finalizada la Cuaresma iniciada el Miércoles de Ceniza el pasado 14 de febrero.
Se trata de una festividad católica con un significado muy profundo, en el que se conmemora el comienzo de la última semana con vida de Jesucristo y su entrada triunfal a la ciudad de Jerusalén.
En esa ocasión, relatan los evangelios católicos, Jesús entró en un burro y el pueblo lo aclamó y le dio la bienvenida al agitar ramas de olivos para saludar al "hijo de Dios".
El simbolismo del recibimiento a Jesús con las palmas de olivo, se debe a la asociación que los judíos establecían entre esta planta y la riqueza y fecundidad, además de ser un símbolo de victoria y paz.
Todos gestos que lo celebraban como el Mesías esperado, el Rey victorioso.
De allí viene la tradición de llevar las ramas de olivo a misa para bendecirlas durante la ceremonia. Luego se colocan cerca de cruces o crucifijos en los hogares durante toda la Semana Santa.