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Los fondos fiduciarios, en el ojo de la tormenta: qué son y cuáles mueven más dinero

Los fondos fiduciarios (conocidos como fideicomisos públicos) son una herramienta para financiar obras y proyectos que los gobiernos comenzaron a utilizar con cada vez más fuerza, pero que expertos en anticorrupción y finanzas tienen en la mira por la falta de auditorías sobre el dinero que se les transfiere y la forma en que se utilizan los fondos.

Su funcionamiento es simple: el Poder Ejecutivo Nacional, a través de ministerios u organismos del Estado (fiduciante), transfiere bienes o sumas millonarias de dinero a entidades, generalmente bancarias (fiduciarios), para que administren esos fondos en beneficio del primero. Estos contratos tienen una particularidad: el dinero se utiliza para un bien o fin determinado y no puede cambiarse ese destino, aunque hay “trampas” que generan interrogantes sobre esta regla.

Se trata de fondos sobre los que hay pocos controles: no siempre se conoce si el dinero va al objetivo para el que se creó el fondo.

Actualmente hay dos organismos de control facultados para investigar los fideicomisos: la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y la Auditoría General de la Nación (AGN). El primero es un órgano interno del Poder Ejecutivo, y el segundo depende del Congreso de la Nación.

Según esta normativa, tanto la AGN como la SIGEN pueden auditar, por iniciativa propia y sin necesidad de un requerimiento especial, cualquier fondo fiduciario integrado total o mayoritariamente con bienes y/o fondos del Estado Nacional. El fiduciario no puede negarse a entregar sus balances o cualquier información requerida.

Ambas entidades no tienen precisamente un extenso historial de auditorías sobre fideicomisos: el control sobre estos instrumentos financieros es escaso, casi nulo. El problema radica en que la propia ley no alienta los controles preventivos sino que establece que las auditorías son posteriores a la ejecución del dinero. Así lo establece el artículo 102 en el caso de la SIGEN y el artículo 117 para la AGN.

Los fideicomisos públicos se multiplicaron en los últimos años y el presidente Javier Milei los tiene en la mira. De hecho, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó este viernes que el Ejecutivo va a eliminar fondos fiduciarios por US$2000 millones.

“Es llamativo cómo la política no está de acuerdo en transparentar fondos millonarios que nadie sabe bien cómo se utiliza la plata. Incluso, tiene [cuestiones] éticas que también hay que revisar. No sé, si alguna persona que maneja alguno de los fondos termina siendo candidato a presidente, por poner una hipotesis vaga”, especuló Adorni. Sin embargo, no dio detalles sobre cuáles serán los fondos afectados.

Según el Presupuesto 2023, prorrogado para 2024, existen 29 fondos fiduciarios en la Argentina. De ese total, el gobierno de Alberto Fernández decía al Congreso en el mensaje que acompaña al Presupuesto, que hay nueve que son “más relevantes por la magnitud de sus operaciones”.

Los fondos fiduciarios que más dinero mueven

El listado de los nueve fondos fiduciarios más importantes incluye vehículos para financiar el transporte, el gas, la vivienda y las obras hídricas, entre otros:

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