La Universidad Nacional de La Plata, el CONICET y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Catamarca se despiden con profundo pesar de la Dra. María Carlota Sempé, quien dejó un legado imborrable en el ámbito de la arqueología y la investigación científica.
A lo largo de su vida, la Dra. Sempé dedicó su talento y pasión al estudio de las culturas precolombinas, contribuyendo de manera significativa al conocimiento y la comprensión de nuestro patrimonio histórico.
Nacida el 6 de diciembre de 1942 en La Plata, la Dra. Sempé se graduó como Licenciada en Antropología en la Universidad Nacional de La Plata en 1967, para luego obtener el título de Doctora en Ciencias Naturales en 1976.
Desde sus años de formación, demostró un compromiso excepcional con la arqueología, participando en investigaciones pioneras en la provincia de Catamarca, donde conocería a su esposo y formaría una familia.
Con una trayectoria de 45 años en el CONICET, la Dra. Sempé realizó investigaciones fundamentales en los valles de Hualfín y Abaucán, aportando valiosa información sobre el desarrollo cultural indígena y la ubicación temporal de dichos asentamientos.
Su incansable labor incluyó la formación de numerosos investigadores a través del Laboratorio de Análisis Cerámico en la Universidad Nacional de La Plata, donde dejó una huella indeleble en la comunidad académica.
Además de su destacada labor como investigadora, la Dra. Sempé fue reconocida por su compromiso con la educación superior, dictando clases en la Universidad Nacional de Catamarca y participando en proyectos de posgrado sobre gestión ambiental.
Su legado va más allá de sus contribuciones académicas, ya que su espíritu generoso y su capacidad de trabajo contagiaron a colegas, amigos y estudiantes, dejando una marca imborrable en todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.
Su dedicación y excelencia académica le valieron numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, incluyendo el Premio Konex en 2016 y el título de Profesora Emérita en la Universidad Nacional de La Plata. Su partida deja un vacío irremplazable en la comunidad científica, pero su legado perdurará como inspiración para las futuras generaciones.