En palabras del padre Santiago Granillo, designado por Mons. Urbanc para la atención pastoral en la Gruta, este reconocimiento es un regalo en el marco de la Novena en honor a Nuestra Madre del Valle.
El padre Granillo destacó que la Gruta ya es, de hecho, un santuario en la práctica, pero el gesto del Obispo es un reconocimiento formal de este lugar como un espacio donde los fieles acudieron durante siglos en busca de Gracias y bendiciones.
Además, señaló que la Gruta ahora contará con una atención pastoral permanente, con celebraciones diarias de la Santa Misa y la disponibilidad del Sacramento de la Reconciliación. Este Santuario no solo es de relevancia local, sino que atrae a devotos de la Madre del Valle de todo el país.
Totalmente remodelado en abril de este año, el lugar ofrece nuevos espacios para la oración, la meditación y el encuentro fraterno. Más que un punto de referencia espiritual, la Gruta es un espacio de evangelización que fomenta la caridad y contribuye a la identidad cultural de la región.
Además, sirve como punto de convergencia de diversas manifestaciones culturales, desde expresiones lingüísticas y literarias hasta testimonios históricos y artísticos, consolidándose como un valioso bien cultural para la comunidad.