Será un domingo de alegrías y tristezas, de ganadores y perdedores, de festejos y resignación, de gritos y silencios. Eso mismo que ocurre cada domingo con el fútbol. Pero esta vez el deporte parará la pelota y le dará un pase imaginario a la política, para que ella sea la protagonista, aunque manteniendo esas características.
Cinco son los candidatos que sueñan con ponerse la banda presidencial el próximo 10 de diciembre y su suerte comenzará a sellarse en estas horas, como en los partidos decisivos, en los que se juega a todo o nada. Ellos cinco tienen, o han tenido, vinculación con el fútbol a lo largo de sus vidas.
Javier Milei tomó distancia en los últimos tiempos del mundo de la número cinco, pero en su juventud fue un arquero destacado en las Divisiones Inferiores de Chacarita Juniors y San Lorenzo. Los comienzos fueron en la década del ‘80 en el popular club de San Martín, donde quienes fueron sus compañeros lo recuerdan como muy atlético y sólido para la posición, que además salía a cortar con seguridad y si se tenía que arrojar a los pies de los delanteros para evitar un gol, lo hacía sin dudar.
Atajaba en las inferiores de un Chacarita que realizó muy buenas campañas en Primera, saliendo tercero en la B de 1982, año del título de San Lorenzo, y logrando el ascenso a la máxima categoría una temporada más tarde. Para 1986 sus voladas fueron patrimonio del arco del Ciclón, donde logró consagrarse campeón en una final ante Huracán.
Desde chico fue hincha de Boca Juniors, pero hace un tiempo explicó por qué dejó de lado esa parte de su vida: “Tengo bastante con vivir en un país populista para ser hincha de un equipo que tomaba decisiones populistas. Por ejemplo, la contratación de Riquelme por parte de Angelici, cuando estaba claro que no iba a funcionar y no funcionó. Otro tema fue la final de Madrid, donde hinché por Boca. En realidad, no es que hinché, sino que estaba viendo el partido, pero cuando entró Gago, que fue otro acto de populismo, quise que ganara River. En mi opinión, fue un pésimo jugador de fútbol, una de las mentiras más grandes y ahí me volví anti Boca”.
Aquellos que fueron sus compañeros en el colegio secundario, recuerdan a un Sergio Massa fanático de San Lorenzo. Cursó 5° año en 1989, en tiempos de la segunda elección presidencial desde el regreso de la democracia y su militancia era en la Ucedé, donde su fundador, Álvaro Alsogaray, fue quien encabezó la lista que hizo una excelente faena, ubicándose en el tercer lugar. Ese adolescente que hinchaba por el Ciclón, sabía que su club no atravesaba el mejor momento desde lo institucional, ya que para esa temporada se había desprendido de algunas figuras, como José Luis Chilavert y Walter Perazzo, pero a mediados de 1989 se consagraría campeón de la liguilla pre Libertadores, con un inolvidable 4-0 a Boca, gracias la sagacidad del Bambino Veira como entrenador, los goles del Beto Acosta y el talento de Pipo Gorosito, quien años más tarde, tendría una gran relación con Massa.
La pasión por Tigre que ostenta en la actualidad comenzó ya entrados los años ‘90, cuando conoció a la familia de quien es su esposa, Malena Galmarini. Su suegro, Fernando, fue el primer secretario de Deportes de Carlos Menem y siempre demostró su amor por el fútbol y por Boca Juniors. Incluso, a los pocos meses de asumir, el 11 de octubre de 1989, se dio el gusto de jugar un partido luciendo la azul y oro. Fue un amistoso que los xeneizes ganaron por 1 a 0 en cancha de Argentino de Quilmes ante el cuadro local y el Pato disputó 33 minutos teniendo como compañeros, entre otros, a Juan Simón, Diego Soñora, José Luis Cuciuffo, Luis Abramovich, y el Coya Gutiérrez, que fue el autor del gol.
En el inicio de su vínculo con Tigre, Massa vivió el andar irregular de los años ‘90, con ascensos y descensos entre la Primera B y la B Nacional, hasta que, en 2003, llegó a la dirección técnica Ricardo Caruso Lombardi, cuando ya el candidato presidencial tenía peso dentro de la institución. En pocos años, llegó desde la tercera a categoría hasta Primera, en la recordada promoción con Nueva Chicago en 2007 y una temporada más tarde, accedió a un triangular de desempate con Boca y San Lorenzo para ver quien era campeón, Se quedó en la puerta. Su cuñado, Martín Galmarini, es el futbolista que más partido disputó en la historia de Tigre.
Patricia Bullrich es una reconocida hincha de Independiente, a tal punto que se viralizó tiempo atrás un video en el que se la podía observar junto a Néstor Grindetti, su candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente de los Rojos en la actualidad, cantando una clásica canción de cancha, alentando a su equipo. Sus comienzos en la militancia política, en el primer lustro de la década del ‘70, coincidió con la época más esplendorosa del club de Avellaneda, donde consiguió cuatro Libertadores consecutivas (1972 – 73 – 74 – 75) y afirmó el mote de Rey de Copas, con la figura sobresaliente de Ricardo Bochini.
De una provincia futbolera como pocas es Juan Schiaretti, su actual gobernador, que no es hincha de ninguno de los dos equipos grandes de allí, Talleres y Belgrano, sino de Racing, del barrio de Nueva Italia. El año pasado logró el tan ansiado ascenso del Torneo Federal a la primera Nacional y él recibió al plantel y dirigentes, para felicitarlos. Tras el discurso de ocasión, no dudó en ponerse la camiseta celeste y blanca, igual que su homónimo de Avellaneda, besar el escudo y levantar la copa que le acercaron los jugadores.
Myriam Bregman tiene su corazón pintado de rojo y blanco, porque es hincha de Estudiantes de La Plata y en varias ocasiones dejó en claro que es seguidora del fútbol: “Cuando era chica, en las ciudades del Interior de la provincia de Buenos Aires, estaba como instalado que había que ser de Boca o River, a lo sumo podías conocer a alguien de San Lorenzo, Racing o Independiente. En la adolescencia, me di cuenta que eso no era necesario, y que podía elegir, y siempre me gustó Estudiantes. Por supuesto, que, al ser más grande, lo hice en forma consciente. Por suerte, eso ahora ya no sucede, porque hay clubes como Sarmiento de Junín u otros, que empiezan a tener su influencia y eso está muy bueno”.