Hay más de 100.000 catamarqueños bajo la línea de pobreza. Según los datos publicados por el INDEC, en el Gran Catamarca, que comprende Capital, Valle Viejo y Fray Mamerto Esquiú, el 44,3% de las personas se encuentran bajo la línea de la pobreza y el 6,6% se encuentra en estado de indigencia.
De acuerdo a esos porcentajes, la pobreza superó la media nacional por más de 11 puntos porcentuales y la indigencia quedó por debajo. Los números pertenecen al segundo semestre de 2022 y corresponden a la encuesta permanente de hogares (EPH), programa nacional de producción sistemática y permanente de indicadores sociales que lleva a cabo INDEC con las direcciones provinciales de estadística (DPE).
A raíz de los datos que se dieron conocer, que reflejan la difícil situación económica del país, la Pastoral Social lanzó un comunicado en el que pone de manifiesto el anhelo de la Iglesia en que la sociedad pueda "descubrir en cada uno de los pobres e indigentes de Catamarca el rostro sufriente de Jesús, y nos ilumine para encontrar los caminos adecuados para resolver la cuestión social de la pobreza".
Comunicado
"QUE LA POBREZA EN CATAMARCA NO NOS SEA INDIFERENTE"
Los datos de pobreza e indigencia de hogares y personas proporcionados recientemente por la Encuesta Permanente de Hogares, realizada por el INDEC y correspondiente al segundo semestre del 2022, indica objetivamente el incremento de la pobreza material en los diferentes conglomerados urbanos de nuestro país, en la región NOA y particularmente en el Gran Catamarca (Capital-Fray Mamerto EsquiúValle Viejo). La confirmación del Organismo Oficial, a través de cifras concretas de la pobreza, consecuencia del deterioro del poder adquisitivo y de la calidad de vida de la población, puso un marco de realidad sobre la percepción creciente de nuevos expulsados del sistema socioeconómico.
El incremento de la pobreza y permanencia de la indigencia en la población viene desde largo tiempo, bajo distintos gobiernos y políticas económicas, sin éxito en su control y remisión, con expulsión de millones de hermanos argentinos y miles de catamarqueños a formar parte de lo que el Papa Francisco denomina los descartados de la sociedad.
El aumento de la pobreza tiene aristas multicausales, entre otras las erráticas políticas económicas, la elevada inflación, la desocupación, el trabajo en negro, la puja por los recursos de los sectores de poder económico, financiero, productivo, formadores de precios, gremios, y en algunas franjas sociales carentes de solidaridad. Nadie cede en sus intereses particulares, pareciera que el incremento de la pobreza no interesa, que nos es indiferente.
¿Dónde está el problema o los problemas que nos han llevado a esta alarmante e insostenible situación? ¿Cuáles son las cuestiones medulares que impiden que se aborde y encuentren soluciones a la pobreza estructural y coyuntural de nuestro país y en Catamarca? ¿Políticas? ¿Económicas? ¿Factores de Poder? ¿Avaricia y egoísmo? ¿Moral? ¿Impericia dirigencial? ¿Indiferencia?
Tal vez se debiera comenzar con que los diferentes actores políticos y sociales con responsabilidad ejecutiva, legislativa y ciudadana muestren una genuina preocupación y ocupación plena por resolver la problemática de la pobreza, una superadora actitud de diálogo y acuerdos mínimos para elaborar planes y proyectos tendientes a detener y disminuir la pobreza.
El 44,3 % de pobreza en la población del Gran Catamarca, que equivale a 101.572 hermanos comprovincianos pobres, y que si proyectamos aquel porcentaje de la EPH a toda la población de nuestra provincia de 429.556 habitantes, según el censo nacional de población 2022, alcanza a 190.000 habitantes que poseen rostros y nombres concretos situados por debajo de la línea de pobreza. Estas conmovedoras cifras de pobres nos deben interpelar seriamente a todos los catamarqueños en la búsqueda de soluciones urgentes, para incorporarlos nuevamente a vivir una vida digna como corresponde a toda persona humana, a una sociedad donde prime el Bien Común sobre los intereses particulares, la solidaridad sobre el egoísmo, en una sociedad donde la pobreza no sea ocultada ni nos sea indiferente.
Que en esta Pascua de Resurrección que vamos a celebrar en pocos días más, nos permita descubrir en cada uno de los pobres e indigentes de Catamarca el rostro sufriente de Jesús, y nos ilumine para encontrar los caminos adecuados para resolver la cuestión social de la pobreza.
A Nuestra Madre del Valle y al Beato Mamerto Esquiú les pedimos que nos ayuden con su intercesión.