Durante la noche de ayer, la actriz y profesora Blanca Gaete dio su último adiós a este mundo. La gran referente murió a los 66 años.
Gaete habría sido ingresada en el Hospital tras haber sufrido un ataque al corazón, sin embargo sufrió un segundo ataque que habría detonado su salud.
Blanca tenía una trayectoria de más de 40 años en la actuación. Con apenas 16 años recién cumplidos y recién egresada de la Escuela Normal, en 1973 ingresó al Conservatorio Nacional de Arte Dramático en Buenos Aires, bajo los auspicios de otro de los grandes del teatro provincial, José Horacio Monayar.
El velorio de Blanca será en la sala velatoria "Saló" a partir de las 7 en la Sala A
Fragmento de su última entrevista compilada por El Ancasti:
Hacia la capital partió Blanca y nunca más dejó de ir y venir por América y por el mundo. El Golpe de Estado de 1976 cerró el Conservatorio por supuesta peligrosidad y la actriz se fue a Perú, donde por largos años se insertó en el elenco del Grupo Cuatro Tablas y mientras actuaba y daba clases de las nuevas formas de expresión corporal que había aprendido en Buenos Aires, formó el dúo Adaggio con una cantante peruana que se insertó en el Conservatorio Nacional de Música limeño y en la Universidad de San Marcos.
Hasta 1984, año de su regreso definitivo por razones familiares, Blanca recorrió América. Y cuando se instaló en Catamarca, armó grupos y más grupos, hizo obras de creación colectiva, obras de títeres, propuestas “solamente en la periferia de la ciudad y en el interior, inauguramos cantidad de espacios culturales en lugares como La Majada” con una de sus propuestas más queridas, El teatrito del barrio.
Jubilada desde hace casi media década, después de haber sido docente en todas las escuelas - la EVEA (antes Evei), Ponferrada e ISAC – Blanca es fiel espectadora de todo lo que se hace en esta ciudad y se entusiasma con que “se esté rompiendo con el costumbrismo. A Catamarca le hace falta mucho teatro porque los años de la Represión nos han jodido mucho. Me encanta ver los nuevos teatros, pero creo que hay que complementar con la dramaturgia, que se cuente una historia”, sostiene con un énfasis que parece liviano.
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