Se difundió la salida de la cárcel de Ariel Antonio Aragón, preso desde hace tres años por una causa de narcotráfico. La misma fue grabada por otro preso, dejando en evidencia la libertad de manejar celulares dentro del Servicio Penitenciario provincial.
Aragón recibió prisión domiciliaria debido al tiempo transcurrido sin que realice el juicio en su contra, que ya fue fijado para el próximo 19 de octubre. Retornó a su domicilio en las Mil Viviendas, donde vivía junto a su hijo Ariel Aragón (18), el principal imputado por el crimen de Gonzalo Moreno.
A la vez, se difundió un audio vía WhatsApp que le atribuyen a Aragón padre, en el que emite varias amenazas.
"Vayan sabiendo todos los que se han hecho los pícaros con mi hijo, ya estoy en la calle, ya saben y los que me están debiendo plata que se pongan al día porque se les viene la noche, ya saben quiénes son", dice la voz del audio, que circula de grupo en grupo de la red de mensajería instantánea.
Tras la viralización de estas imágenes, se realizó una requisa en la celda de dos internos y se encontraron no uno sino dos teléfonos celulares, los cuales fueron confiscados.
Celulares en la cárcel
La filtración del video desnuda una realidad existente en el penitenciario local: los teléfonos celulares en manos de los reclusos son cosa habitual. Existen otras causas que son investigadas por la Justicia Federal, como la de la "Banda de los Camellos J", en la que internos mantenían comunicación vía telefónica con otros para coordinar el ingreso de drogas con posterior fines de venta.