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El colegio Juan Pablo II estrena su nuevo edificio

La comunidad educativa del colegio Juan Pablo II de Choya vivió un acontecimiento trascendental, la inauguración del nuevo edificio.
Por Lourdes Costanzo

Esta mañana, al aire libre y con un marco especial brindado por alumnos de los distintos niveles, acompañados de sus docentes, se realizó el acto inaugural del nuevo edificio perteneciente al colegio Juan Pablo II de Choya.

La ceremonia se inició con el izamiento de la bandera y la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino y el Himno de Catamarca. Luego se escucharon las palabras del alumno Gonzalo Jeremías Pizano, quien dijo que “esta obra es la continuación de otra obra mayor iniciada por su fundador; nuestro inolvidable padre Mario Villagrán”. Sobre su experiencia personal en la escuela comentó en el discurso que “no sólo he aprendido conocimientos sino también valores fundados en la base cristiana, que son para mí la piedra fundamental de la educación para la vida misma”.

Una institución dedicada a los más humildes

El apoderado legal Luis Herrera invitó a los presentes en el acto “a repensar el espacio educativo del colegio Juan Pablo II como un lugar de memoria y un ámbito de reproducción de valores”. Y en el ejercicio de la memoria realzó la figura del padre Ángel Mario Villagrán, quien fundó este colegio el 13 de marzo de 1988, durante el pontificado del Papa Juan Pablo II.

“Ante la falta de escuelas en la zona, el padre Mario quería una institución dedicada a los más humildes, ya que los niños del barrio asistían a un comedor en lugar de ir a estudiar”, comentó, señalando que “la elección del nombre se deriva de la gran admiración que tenía por la vida y obra del Papa Juan Pablo II”, y “asume como principal línea orientadora que ‘el mejor ámbito de la acción de evangelización es la educación’”.

También mencionó momentos clave en la historia de la institución, que comenzó como escuela primaria, incorporando en 1989 dos salas de jardín de infantes y en el 2001, el Ciclo Polimodal; además de la creación de la Escuela para Padres con talleres de reflexión y capacitación.

Finalmente, expresó su gratitud al padre Mario Villagrán y al padre Antonio Bulacio, ya fallecidos, a todos los representantes legales, docentes y demás personal, como también a los padres y alumnos.

“Quieran esta institución, porque es de ustedes y de las futuras generaciones”

El obispo procedió a la bendición de la primera etapa de este proyecto edilicio más amplio, oportunidad en que pidió “de todo corazón que cuiden el edificio, porque les pertenece a todos; tienen que querer el espacio donde se educan”.

“La educación es muy importante, así lo vislumbró el padre Villagrán en su tiempo y también nosotros seguimos apostando por lo mismo”, enfatizó el pastor diocesano, afirmando que es necesario “educar, no sólo instruir; es una tarea apasionada, y los primeros apasionados tenemos que ser los docentes, los adultos, para contagiar este entusiasmo a nuestros queridos niños, adolescentes y jóvenes”.

Pidió “al Señor de la Vida y de la Historia, que esta bendición, que hoy se hace en la inauguración de un pedacito de todo un proyecto, sea el incentivo para que entre todos trabajemos más”. Y exhortó a que “sean personas apasionadas para hacer el bien, no se cansen; quieran esta institución, porque es de ustedes y de las futuras generaciones”.

En la parte final del acto, el obispo y las autoridades presentes procedieron a realizar el corte de cintas y el descubrimiento de las placas recordatorias de este importante acontecimiento para la comunidad educativa del colegio Juan Pablo II. Las flamantes instalaciones cuentan con: 6 aulas con capacidad para 40 alumnos, una sala para directivos, sala de preceptores y otra para docentes. Doce baños para varones y mujeres y sanitario para personas con discapacidad, además de cocina y un baño privado para docentes.

Anexo del jardín de infantes

En esta misma jornada, se realizó la bendición del anexo del jardín de infantes y el recorrido por este espacio destinado a los más pequeños del colegio, que incluye también una huerta.