“Radiografía de la pobreza en Argentina, ¡es urgente acortar distancias!”, se llama el informe que presentaron en el día de ayer Caritas y Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA). Se publicó un análisis exhaustivo sobre la grave situación que atraviesa el país y las políticas sociales desplegadas para atenderla. Según el reporte, al mismo tiempo que durante la última década, 3 de cada 10 argentinos nunca dejaron de ser pobres, 7 de cada 10 lo fueron al menos en algún momento.
En este contexto, 4 de cada 10 argentinos son pobres tanto por ingresos como por privaciones elementales, y, entre ellos, 1 de cada 10 experimenta hambre de manera cotidiana. El estudio expone que un 29,6% de la población argentina “experimentó una pobreza crónica", es decir, nunca dejó de ser pobre desde 2010. También se determinó que tres de cada diez personas lo fueron alguna vez en los últimos diez años.
El estudio examina también la problemática del mercado laboral, en donde desde hace más de una década, sólo 4 de cada 10 trabajadores tiene un trabajo digno. El 60% de la población activa tiene un empleo precario, un trabajo de indigencia o está desocupado.
La presentación del informe en el día de ayer estuvo a cargo de Monseñor Gustavo Carrara, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, vicepresidente de Cáritas Argentina y referente de la Pastoral en Villas de Emergencia; Nicolás Meyer, director ejecutivo de Cáritas Argentina; Agustín Salvia, director del ODSA-UCA; y Rosa Garzón, directora de Cáritas Laferrere.
Agustín Salvia, director de OSDA-UCA, señaló: «Una parte importante de la sociedad no logra cumplir sus sueños y muchos ni siquiera satisfacer sus necesidades elementales. El problema argentino es que esta pobreza no es nueva: no hemos logrado encontrar las coordenadas de una política de estado capaz de dar respuestas a las necesidades de trabajo y de desarrollo humano de nuestra sociedad. Actualmente, 4 de cada 10 argentinos es pobre tanto de ingresos como en derechos sociales fundamentales como la educación, la salud, la vivienda, el hábitat, y entre ellos, de manera más grave, 1 de cada 10 experimenta hambre de manera cotidiana".