Ante el ascenso del presidente electo Javier Milei y las expectativas de un cambio en la política monetaria, los ahorristas argentinos se encuentran en vilo, preguntándose qué ocurrirá con las tasas de plazo fijo. En medio de la incertidumbre económica actual, la preocupación por la preservación de los ahorros se intensifica.
El Banco Central (BCRA), en una movida realizada a mediados de octubre, incrementó las tasas de interés para los depósitos en plazo fijo. La Tasa Nominal Anual (TNA) se elevó al 133%, con una Tasa Efectiva Anual (TEA) del 253%.
Esto situó la tasa mensual en un 11,08%, superando la inflación de octubre de 2023 que fue del 8,3%. Este ajuste podría sugerir que, por el momento, las tasas no experimentarán modificaciones a corto plazo, anticipándose a posibles ajustes posteriores.
Algunos analistas financieros especulan sobre la posibilidad de que el BCRA decida aumentar las tasas antes de la asunción de Milei para contener la eventual fuga de depósitos hacia el dólar, alimentada por las expectativas de una devaluación.
Sin embargo, otros opinan que es más probable que se mantengan estables, considerando la proximidad del cambio de gobierno y la inflación de noviembre que se ubicó por debajo del rendimiento mensual del plazo fijo tradicional.
En caso de que se confirme la expectativa de mantener las tasas sin cambios durante el resto del mandato actual, surge la incertidumbre sobre las decisiones que tomará el próximo presidente argentino en relación con los plazos fijos.
La tasa ofrecida por los bancos dependerá, en gran medida, de nuevos datos de inflación y cómo estos afecten la decisión de los ahorristas de permanecer en pesos frente a una posible corrección en el tipo de cambio oficial que podría acelerar la escalada de precios.
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