El 2 de febrero de este año fue anunciado el lanzamiento de un nuevo billete de máximo denominación en Argentina, de 2.000 pesos. La decisión fue tan tardía como lógica: el avance de la inflación dificultaba cada vez más las transacciones en efectivo, por la gran cantidad de billetes necesarios.
Sin embargo, la salida a la calle de un nuevo billete es un proceso que insume meses, entre el diseño, la puesta a punto de toda la cadena del sistema financiero, su impresión y distribución. Así, la velocidad del incremento de los precios en la Argentina se “comió” gran parte del poder de compra del billete de $2.000 aún antes de salir a la calle.
Por su parte, El Banco Central ya inició el proceso de distribución del nuevo billete de mayor denominación, el de $2000, que entró en circulación este lunes. No obstante, la alta tasa inflacionaria deja al nuevo billete que, todavía no vio luz, ya atrasado.
En ese contexto, analistas del mercado estiman que el billete de $2.000 ya perdió cerca del 20% de su poder adquisitivo desde el día de su anuncio al 23 de abril. En su cuenta de Twitter, Salvador Vitelli, señaló: “Vale decir que para HOY tener $ 2.000 del anuncio, debería haber sido de $ 2.500 el billete. Así de rápido se erosiona el valor de nuestra moneda”.
Devaluación en relación al dólar
Otra forma de medir la devaluación es a través del dólar mayorista costaba $187 el 31 de enero y -según los contratos de dólar futuro en ROFEX- cerrará mayo a 239,30 pesos. Esto es una suba del tipo de cambio del 27,7 por ciento. Según esta tasa, el billete de $2.000 va a representar a fin de mes a 1.446 pesos.
Medido por dólar “blue”, el billete de 2.000, que hace cuatro meses compraba USD 5,25 ahora compra solamente 4,07 dólares. Con esta referencia “dolarizada”, los $2.000 del día de su anuncio se redujo después de cuatro meses a 1.422 pesos.