San Arsenio "el Grande", un diácono y anacoreta de la Iglesia de Roma, es recordado en el Martirologio Romano actual el 8 de mayo (anteriormente en julio 19). Se dice que se retiró a una vida de soledad en las cercanÃas del Monte Scete, Egipto, en tiempos del emperador Teodosio y entregó su alma a Dios después de vivir una vida llena de virtudes. El nombre "Arsenio" proviene del griego y significa "viril".
La vida de San Arsenio estuvo marcada por una gran sabidurÃa y prácticos consejos. El Papa San Dámaso lo recomendó al emperador Teodosio el Grande como profesor para sus dos hijos, Arcadio y Honorio. Durante diez años, San Arsenio vivió en el palacio del emperador, enseñando a los prÃncipes.
Fue durante una crisis espiritual que San Arsenio decidió retirarse del trato con la gente y buscar la soledad. Mientras oraba y pedÃa dirección divina, escuchó una voz que le indicaba ir al desierto a hacer penitencia y orar con los monjes. Al llegar al monasterio del desierto, los monjes pusieron a prueba su fe y determinación, pero San Arsenio demostró ser apto para la vida de humillación y mortificación que buscaba.
San Arsenio es recordado por sus enseñanzas breves pero provechosas, que viajeros de remotas tierras acudÃan a escuchar. Entre ellas, destaca la frase "muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio", asà como "siempre he sentido temor a presentarme al juicio de Dios, porque soy un pecador".
San Arsenio falleció alrededor del año 450, pero su legado ha perdurado a través de los siglos. Su vida de soledad, humillación y penitencia es un ejemplo de virtud y su enseñanza sigue siendo inspiradora para muchos. En este dÃa, se recuerda su vida y se honra su memoria.