Cristina Kirchner brindó un discurso de alto contenido político, electoral y económico. Como se preveía, apuntó con dureza contra el Fondo Monetario Internacional, al punto que pidió revisar el acuerdo y lo responsabilizó por la tensión cambiaria de los últimos días. También, de manera sorpresiva, criticó en varios tramos a Javier Milei, el economista precandidato a presidente por La Libertad Avanza.
“Cuando uno ve lo que sucedió en la última semana, comienza a advertir que el problema está en otra parte. Porque el dólar se movía y los precios se movían. Hay que hablar de cómo se fijan los precios y si los mercados son tan competitivos a la hora de fijar precios. Esta semana tuvimos y todavía tenemos hoy lo que se han denominado corridas bancarias”, comenzó sobre este tema la Vicepresidenta.
Y luego vinculó directamente esta situación al organismo multilateral de crédito al resaltar que fue la decisión de intervenir en el mercado de cambio con el Banco Central en el marco de la volatilidad de la moneda, lo que calmó la situación esta semana. “El FMI lo prohibía”, enfatizó.
Al respecto, cerró con una crítica, aunque sin nombrarlo, hacia Alberto Fernández: “Este es el problema de querer gobernar y conformar a todos: finalmente terminás enojando a todos”.
Si bien al principio de su discurso mencionó la dolarización y se entendió que por elevación tomó distancia de lo planteado por Milei, en el tramo final de su alocución fue cuando de manera explícita le apuntó al diputado liberal: “Acá no es casualidad que la única dirigente condenada, perseguida y a la que intentaron asesinar es una sola. No quiero ser autoreferencial pero esos mamarrachos que andan diciendo que la casta tiene miedo. ¿De qué? Si nunca te pasó nada hermano, si nunca te pasó nada, ¿qué me venís a joder que te tenemos miedo? ¿De dónde? Caraduras, caraduras. Es increíble”, vociferó.
La vicepresidenta hizo un recorrido del proceso histórico vivido a fines de la década de los ochenta y a lo largo de los noventa, cuando se aplicaron políticas económicas que igualaron el dólar con el peso argentino. Comparó aquel momento con una de las propuestas más resonantes del referente libertario. “¿Es posible que lo estemos discutiendo de nuevo? ¿Qué nos pasa?”, se quejó CFK.
En su explicación, la vicepresidenta habló del fracaso de ese proceso “que empezó como terminó”, y recordó que tanto al inicio como al fin de la convertibilidad se afectaron los depósitos de los ciudadanos en los bancos. Mencionó al plan Bonex anunciado por el funcionario menemista Erman González “que en lugar de darte plata te daban un bonito” y lo comparó con el corralito del 2001. “La bomba explotó, terminó con violencia y muertos en las calles”, rememoró.
En ese marco, CFK destacó la importancia del lanzamiento de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, para discutir estos temas “y superar los 20 minutos de Tik Tok”, en relación al límite de tiempo que impone la red social, popular entre las generaciones jóvenes. En ese contexto les pidió a sus militantes promover el debate, a partir de estos conceptos y la experiencia histórica, “En las panaderías, en las calles”, pidió.
La ex presidenta, jefa de Estado entre 2007 y 2015, también asoció el concepto de “Argentina Circular”, título de su exposición, con los principales referentes de la oposición. Allí sin nombrarlos, recordó que Horacio Rodríguez Larreta fue “jefe del PAMI”, durante el fallido gobierno de Fernando De La Rúa y que Patricia Bullrich era ministra de Trabajo en esa administración. “Le recortó el 13% a los estatales y a lo jubilados”, señaló.
Luego de ese primer momento, crítico contra los opositores al gobierno del Frente de Todos, Cristina Kirchner reconoció algunas coincidencias con el ministro de Economía, Sergio Massa. “Estamos ante un nuevo fenómeno, el país creció incluso más que en 2015, Pero pasa lo que dijo Sergio, que el país iba a crecer, y yo dije claro, pero alineemos el crecimiento para que no se lo lleven cuatro vivos”. Allí la vicepresidenta definió como un nuevo fenómeno el hecho de que trabajadores formales se encuentren por debajo de la línea de la pobreza en Argentina por sus bajos ingresos.
A partir de este punto, habló del problema de la inflación que registra Argentina, y señaló por ello al acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional. “Sostengo que ese acuerdo es inflacionario, porque es una política enlatada, que se aplica como una receta monotemática a todos los países”, cuestionó.
Allí, Cristina Kirchner desestimó al déficit fiscal y a la merma en la producción como factores inflacionarios. “Usan ese caballito de batalla”, dijo sobre una crítica habitual que recibe de los sectores de oposición y señaló que sólo tres países en la actualidad conservan superávit en sus cuentas públicas “Dinamarca, Noruega y Arabia Saudita”. “Son las herramientas con las que cuenta el Estado para intervenir (o la falta de ellas)”, insistió.
Luego, en otra mención llana que pareció un guiño al ministro Massa, destacó como “muy bueno” el acuerdo firmado con el gobierno chino para utilizar el swap y así solventar con esa herramienta las importaciones que provengan desde el país asiático a fin de no utilizar dólares del Banco Central, y pidió observar la economía teniendo en cuenta lo que ocurre en el mundo. “Cuando vemos que se dan la mano dos saudíes y en el medio hay un chino, es porque algo está pasando, abran los ojos”, señaló. Allí volvió a desestimar la discusión sobre la posibilidad de dolarizar la economía del país. “Tenemos problemas nuevos, no podemos tener la cabeza tan vieja de seguir discutiendo estupideces”.
Al finalizar, insistió en la necesidad de centrar la discusión previa a las elecciones presidenciales de este año en torno a este debate, superando las divisiones internas. “Cuando les pedí en Avellaneda que sacaran el bastón de mariscal, no era para pegárselo en la cabeza a otro compañero”, sostuvo.
El acto en el Teatro Argentino de La Plata mostró ecuanimidad con los sectores del Frente de Todos, representado en la presencia que reflejó el auditorio. Junto a Máximo Kirchner se ubicó la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, cercana a Massa. También fue aludida en un pasaje la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. El tono usado por la vicepresidenta se alejó de las disputas internas que atravesaron al oficialismo durante todo el mandato de Alberto Fernández, y se enfocó en sus opositores y los “nuevos problemas” de la economía argentina.