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Santo del día 17 de abril: San Elías y los mártires de Cesarea

La provincia de Lusitania vio nacer a San Elías, un hombre devoto que dedicó su vida al servicio de la Iglesia y que finalmente se convirtió en sacerdote. Durante su tiempo en Córdoba, la ciudad estaba gobernada por la tiranía sarracena, pero esto no impidió que Elías continuara viviendo su vida en honor a Dios, uniéndose así a la lista de santos que llenaban los cielos de la ciudad.

Pero la devoción de Elías lo llevó a tomar una decisión trascendental: entregar su vida a su creador defendiendo su fe. Para ello, se unió a dos jóvenes monjes llamados Pablo e Isidoro, quienes compartían su misma convicción religiosa. Juntos, los tres se presentaron ante el juez y proclamaron su fe. Como resultado, el juez ordenó su decapitación inmediata el 17 de abril de 856.

Los cuerpos de los tres mártires fueron primero exhibidos en patíbulos para escarmiento de los cristianos, y luego arrojados al río. Sin embargo, los fieles de la ciudad rescataron algunas reliquias y las distribuyeron por las diversas iglesias de Córdoba.

La historia de Elías, Pablo e Isidoro sigue siendo un testimonio de la fuerza y ​​la determinación de aquellos que entregan su vida por su fe. Aunque su sacrificio tuvo lugar hace más de 1000 años, su legado sigue vivo en la memoria de la Iglesia y en la devoción de aquellos que siguen sus pasos.