Por iniciativa de alumnos y una docente de 6 año B de la Escuela Normal José Cubas de San Isidro, Valle Viejo, se trabaja en la detección, prevención y eliminación del bullying en las aulas y en todo el establecimiento escolar.
"La idea es sembrar la semilla de la bondad y empatía con el otro desde pequeños y trabajar desde la escuela con métodos que nos ayuden a ser mejores personas en todo los ámbitos de la vida", comentó la seño Nancy Pennise, impulsora del Método Kiva en su escuela.
El término KiVa surge de la unión de las palabras “Kiusaamista Vastaan” (en finlandés, contra el acoso escolar). Se trata de un programa contra el acoso escolar creado en 2006 gracias a la alianza entre el Gobierno de Finlandia y la comunidad educativa para afrontar esta problemática.
El innovador sistema se está replicando en varias escuelas de la provincia y del país como la 229 de El Bañado, 493 Adán Quiroga, 155 Comodoro Rivadavia, Escuela Ejército Argentino, Córdoba, Colegio Guadalupe, interior de La Rioja y fue incorporado a la institución educativa chacarera a través de la Resolución 230 emanada del Ministerio de Educación de la provincia.
La Normal José Cubas es la primera escuela del país en implementarlo con muy buenos resultados y se espera replicarlo en todas las escuelas de la provincia y el país.
¿Cómo funciona este nuevo método?
El método KiVa propone una forma distinta de abordar el problema del acoso escolar, porque éste es un comportamiento grupal, todos los niños forman parte del hecho, ya sea en el rol de agresores, víctimas u observadores. De esta manera, este programa se enfoca en actuar sobre quienes, por acción u omisión, colaboran en la violencia, en lugar de centrarse solo en la relación entre víctima y acosador. Es decir, se implica en la resolución del problema a los testigos del acoso: compañeros y compañeras que ríen o fomentan las situaciones de confrontación y aquellos que evitan implicarse por miedo o por cualquier otra razón.
Así, el método KiVa consiste en no centrarse en la dialéctica de la confrontación entre víctima y acosador (ni tratar a la víctima para que sea más extravertida ni intentar cambiar al acosador para que desarrolle empatía) sino que se basa en la actuación sobre los alumnos testigos que presentes en la situación. En muchos casos, estos espectadores interiorizan que lo que pasa es normal, incluso divertido, aunque tengan una opinión subyacente diferente.
Lo que se pretende hacer a través del método es influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en el acoso. Si esto se consigue, el acosador, que necesita de reconocimiento para proseguir con el bullying, deja de acosar a causa de que no le aporta ningún beneficio. Al evitar que los testigos sean cómplices, el acosador pierde la posición de poder con la que siente que su conducta queda avalada en el grupo.