Desde que la OMS pidiera por primera vez en 2018 la eliminación global de las grasas trans producidas industrialmente (ácidos grasos trans o AGT) con miras a la eliminación total de los alimentos en 2023, la cobertura de las políticas de mejores prácticas se ha multiplicado casi por seis.
Hasta el momento, 62 países están liderando el camino con una política de buenas prácticas de AGT obligatoria ya vigente (43 países) o solamente aprobada (19), lo que representa 3.600 millones de personas bajo este plan de prevención.
Se trataría aproximadamente, del 46% de la población mundial, según el trabajo "Cuenta regresiva para 2023. Informe de la OMS sobre la eliminación global de grasas trans 2022", difundido este lunes.
“A pesar del progreso sustancial, esto todavía deja a 5 mil millones en todo el mundo en riesgo por los devastadores impactos en la salud que ocasionan las grasas trans y el objetivo global para su eliminación total en 2023 sigue siendo inalcanzable en este momento", dijo la OMS en un comunicado de prensa.
Hay dos alternativas de políticas de mejores prácticas en materia de eliminación de grasas trans, según la OMS: "límite nacional obligatorio de 2 gramos de grasas trans producidas industrialmente por 100 gramos de grasa total en todos los alimentos; y la prohibición nacional obligatoria de la producción o el uso de aceites parcialmente hidrogenados (una fuente importante de grasas trans) como ingrediente en todos los alimentos".
Las grasas trans se encuentran comúnmente en alimentos envasados, productos horneados, aceites de cocina y productos para untar; y su ingesta es responsable de hasta 500.000 muertes prematuras por enfermedad coronaria cada año en todo el mundo.
Actualmente, 9 de los 16 países con la proporción estimada más alta de muertes por enfermedades coronarias causadas por el consumo de grasas trans no cuentan con una política de mejores prácticas: Australia, Azerbaiyán, Bután, Ecuador, Egipto, Irán, Nepal, Pakistán y República de Corea.
Si bien la mayoría de las políticas de eliminación de grasas trans hasta la fecha se han implementado en países de ingresos altos, un número creciente de países de ingresos medios están implementando o adoptando estas políticas, como es el caso de la Argentina pero también de Bangladesh, India, Paraguay, Filipinas y Ucrania.
Por su parte, la Argentina aprobó en 2022 una política similar a la uruguaya que entrará en vigor en 2024.
"Después de la declaración de 'América Libre de Grasas Trans' de Río de Janeiro en 2008, Argentina fue uno de los primeros países en tomar acción, establecer límites obligatorios sobre la cantidad de AGT producidos industrialmente permitidos en los alimentos", destaca la OMS en su informe.
A principios del año pasado, el Ministerio de Salud preparó una nueva reforma, esta vez para rebajar al 2% los límites de los AGT producidos industrialmente en todos tipos de alimentos y agregar la eliminación de PHO (aceites parcialmente hidrogenados).
Esta medida fue aprobada por Comisión Nacional de Alimentos (Conal) en su 146º reunión realizada entre el 24 de y 25 de agosto de 2022. La propuesta aprobada otorga un plazo de dos años para adecuación de los alimentos al límite establecido de 2% de ácidos grasos trans, tres años para la adecuación de los ingredientes y materias primas al límite establecido de 2% de ácidos grasos trans y cuatro años para la eliminación del uso de aceites y grasas parcialmente hidrogenadas en la industria alimentaria.
Fuente: Télam.